Todos
los buenos fans de Marvel saben que “Secret Wars” (1983-84) fue un antes y un
después. Por primera vez, varias colecciones confluían en una sola. Estábamos
acostumbrados a los cruces entre colecciones, pero no a que un buen puñado de
héroes y villanos coincidieran en una macro-aventura común, que traería para
algunos de ellos, como Spider-Man o Hulka, cambios tan grandes y relevantes,
que, a fecha de hoy aún se siguen sintiendo…
Además
de que Marvel supo aprovechar el tirón con mercadeo de juguetes, cromos y todo
lo que estuviera relacionado con “Secret Wars” como nunca se había visto antes.
Estos
cómics me los leí hace cuarenta años, y volver a ellos, en forma de integral
(Panini, Marvel, 2021) me ha hecho recordar una historia que siendo apenas un
niño me fascinó, y que hoy ya con cincuenta tacos encima, me ha parecido un
tanto coja en muchos aspectos, aparte del lenguaje, impensable hoy en día, como
referirse a las chicas como “Chatis”, decir “Chincha rabiña” o ver a La Cosa
jurar por “La Virgen de la Perla”, que hace que, como mínimo, te sonrías
(aunque más de uno/una/une tiraría el cómic a la hoguera directamente, con el rollo del correctismo que se estila en estos tiempos).
La
sinopsis, en muy resumidas cuentas, gira en torno a que el “Todopoderoso”,
bastante aburrido en sus quehaceres, manda a héroes como la Patrulla X, Los 4F
y Los Vengadores a un inhóspito planeta hecho de retazos, a luchar contra La
Brigada de Demolición, La Encantadora, Kang, El Doctor Muerte y Magneto (que
cambia de bando desde el primer minuto), en una contienda entre el bien y el
mal, donde más tarde se unirá Spiderwoman y el Lagarto, uno por cada bando (sin
olvidar a otros personajes fundamentales como Octopus, Volcana, Klaw o El
Hombre-Molécula).
Las
batallas, que se deciden por factores sorpresa, suelen acabar en casi tablas,
mientras como otros peligros como la presencia de Galactus, hacen que la cosa
se ponga interesante por momentos.
El
final, me lo guardaré para que te leas el cómic. Pero al final del tomo, tienes
doscientas páginas de extras, que incluyen un par de “What if?” (Que, a mí,
personalmente, no me han gustado), y material en forma de portadas, láminas,
historia de “Secret Wars”, de su desarrollo, de los juguetes… Absolutamente de
todo.
Resumiendo:
Un cómic para nostálgicos, que hay que leer teniendo en cuenta sus casi
cuarenta años de existencia, intentando no ser muy crueles y sibaritas con él.
En mi opinión, una joya de Marvel que hacía tiempo que quería releer, y que
merece la pena tener.
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