Easter Cove (Maine) es un
pueblo pequeño, pesquero, uno de esos que a las cinco de la tarde es noche
cerrada y nieve casi perpetua. Las hermanas Conolly velan el cadáver de su
madre, y una de ellas mata accidentalmente a un tipo que intenta propasarse con
ella. Las dos, todavía de luto, tienen que deshacerse del cadáver, mientras que
descubren que su madre no les ha dejado nada, salvo un negocio ruinoso, y
encima bastantes facturas que pagar.
Poco a poco, las dos se
ven envueltas, además, en las guerras internas femeninas del pueblo, protagonizadas
por parte de un grupo de ancianas, y es que aquello es demasiado pequeño, y
oscuro, para que un secreto dure mucho.
“Derribad al hombre”
(2019) además, tiene carácter de tragedia griega, con unos pescadores cantores,
entonando de vez en cuando, en los puntos de inflexión, una hermosa balada (aunque la música tipo "El Resplandor" que se gasta, de vez en cuando, sobre). Una película donde las
mujeres tienen los papeles más fuertes, un auténtico duelo de intereses, con cierto
tinte policíaco, y un final intrigante.
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