Y es que la idea no es mala,
aunque tiene toques “almodovarianos” y de spot televisivo, luces de neón y
tribus de diversas cataduras, que, quizás, ya están un tanto superadas, o
quizás han vuelto con un toque “drag” y yo no me he enterado (al fin y al cabo,
soy un boomer de 50 tacos, y esto ya me pilla muy mayor…)
En la narrativa, tenemos a Dora
y a su perro Toto, que buscan a la madre perdida, a falta de mago, por un
universo ciertamente loco, casposo a ratos, y que sospecho ideal para unos y
trágica pesadilla para otros, y donde se irá encontrando con su propio espantapájaros,
hombre de hojalata y león particulares, y peculiares, que le acompañan en este “Road
Trip” que gustará, sin duda, a los amantes de los tripis de colores, farlopa en
vena, el acid house noventero y los viajes astrales…
No es mi estilo. Le sobra más de la mitad del metraje y no volvería a verla… De hecho, casi la he olvidado ya… Pero para gustos… Colores, que decía aquel.
1 comentario:
Tiene pinta de fumada lisérgica de las chungas jajaja.
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