Hay pocos cómics, por ahora, que aborden lo que fue la emigración española durante el Franquismo, ya sea de interior o al exterior del país. Por ello, encontrarse con cómics como “Las casitas de hojalata” (Ediciones Gallo de Oro, 2021) de Josemi Benítez (guion y dibujo), es para mí todo un lujazo.
Un
tema tan interesante como el de las migraciones tiene su reflejo en esta
historia, recogida con esmero por Josemi Benítez. Sus abuelos, fueron unos de
aquellos miles de andaluces, extremeños o gallegos, que emigraron desde un
pequeño pueblo de Jaén al País Vasco, buscando una vida mejor para ofrecerles a
sus hijos.
Bilbao
vive tiempos difíciles tras la Guerra Civil, pero pronto se va a convertir en
tierra de oportunidades para los emigrantes que llegan desde otras zonas del
país. Las opciones laborales, gracias a su incipiente industria, hacen duplicar
en apenas años la población de la ciudad, y estos nuevos bilbaínos se asientan
en un principio en barrios de chabolas (más de 7000), construidas con hojalata por
la noche, sin alumbrado eléctrico, agua corriente y con muchas penurias.
A
través de un trabajo periodístico espectacular, Benítez recupera la memoria de
aquellos llegados en los cincuenta. Su modo de vida, sus trabajos, sus
ilusiones y esperanzas, en un cómic fantástico, que sirve la mantener viva la
memoria de todas aquellas familias que llegaron prácticamente sin nada, y que
lucharon día a día, para sobrevivir y darles a sus hijos un futuro mejor.
En mi opinión, es un álbum imprescindible para conocer, y entender, parte de la historia de la segunda mitad del S.XX en España, de la que el mundo del cómic se ha hecho (de momento) poco eco. Lo he disfrutado muchísimo, y me parece muy recomendable.
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