A
pesar de que el equipo original, que había llevado a los cómics de “La Tumba de
Drácula” a lo largo de años setenta, a su cúspide, seguían siendo los mismos: Marv
Wolfman (guión), Gene Colan (dibujo) y Tony Palmer (entintado), se notaba que
llegaba el final de una etapa, después de casi setenta números publicados, y
eso se ve muy bien en este noveno integral, titulado: “¡Regreso a…
Transilvania!” (Panini, 2021), donde nuestro vampírico personaje sufría más que
en cómics anteriores, siendo la historia más reflexiva que en números
anteriores, y cambiando Gene Colan un tanto la estética de las viñetas, al
apostar por marcos más grandes, y en gran parte, más visuales.
Después
de haber menospreciado al mismísimo Satán, y haberse hecho pasar por él, el señor
rojo con cuernos se aparece a Drácula con ganas de venganza. Dicha venganza va
a consistir en volver a transformar al viejo Vlad en un simple humano, teniendo
que sufrir los desmanes de ser mortal nuevamente, mientras que Drácula disfruta,
ya de paso, de cierta cura de humildad.
Cobrando
por todos lados, y ninguneado por las criaturas de la noche, incluyendo a su
hija Lilith, Drácula será llevado por su hijo Janus hasta su hogar natal,
Transilvania, donde batallará contra sus enemigos del equipo Harker, con
sorprendentes resultados.
Este
noveno cómic parece un cómic en el que se anticipan cambios, o despedidas
(según se mire). Interesante por el papel que asume nuestro protagonista, al
igual que por la estética del mismo, ciertamente diferente a números
anteriores. En las páginas finales hay una serie de bocetos de Colan en blanco
y negro, algo de lo que no habíamos disfrutado hasta este presente número.
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