El
sexto tomo de la colección “La Tumba de Drácula”, trae como título, muy
sugerente, “¡La muerte de Drácula!” (Panini, 2021), y viene de la mano de un
elenco memorable: Marv Wolfman y Steve Englehart como guionistas, el mítico
Gene Colan a los lápices, y un gran Tony Palmer con el entintado y el color.
En
este volumen, hay algunas cosas que llaman la atención, y otras en las que nos
perderemos (fundamentalmente, debido a los muchísimos crossovers o cruzamientos
narrativos con otras colecciones que había ya en las fechas en las que se
publicó originalmente estos cómics, entre 1975-76).
Entre
las primeras, llama la atención la vuelta de un viejo enemigo de Drácula, el
Doctor Sol (un cerebro viviente chino conectado a unas enormes computadoras), y
la aparición de un par de personajes humorísticos, uno de ellos (Harold)
inspirado claramente en el Woody Allen de principios de los años setenta, que,
en mi opinión, lejos de dar un toque de humor, creo que sobran directamente.
Siguiendo
la tradición de cómics anteriores, donde en la colección hubo cameos de la
Antorcha Humana, o del mismísimo Peter Parker, aquí le toca el turno al Doctor
Extraño que entablará una batalla singular, y sin igual, con el Rey de los
Vampiros, que viene de su lucha periódica con Blade y con el trio dirigido por
Harker (Drake y Van Helsing).
Entre las segundas, debido a esos cruzamientos a los que hacía referencia, no sabremos de qué habla Blade cuando acusa a Drácula del ataque del grupo de vampiros, conocidos como Legion, por poner un ejemplo. Ello no será óbice para entender la historia general que se desarrolla en el tomo, que por el “humor” y presencia de Harold, se convierte en uno de los más extraños de la colección hasta el momento, dejando para el final unas ganas enormes de leer lo que depara el séptimo…
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