Con el título de “¡El arte
de morir!”, llegamos con este quinto tomo de “La Tumba de Drácula” (Panini,
2021) al ecuador de la colección.
Lo interesante del mismo,
radica que, aparte de un dibujo estupendo por parte de Gene Colan, Don Heck,
Virgilio Redondo y Ross Andru, la historia del icónico vampiro se diversifica,
debido quizás a que a Marv Wolfman, se les une en el guion David Kraft y Len
Wein.
Los primeros compases son un
poco liosos, pues estamos ante los enemigos clásicos de Drácula, separados
desde hace tiempo. Harker, que ha preparado la trampa definitiva, falla ante su
exceso de humanidad y el chantaje vampírico que tiene a Van Helsing en su
poder.
Tenemos dos narrativas
paralelas, que nos llevan a la India, donde Taj lucha contra sus miedos a la
hora de eliminar a su hijo vampiro. Y por otro lado, en Brasil, Frank Drake une
sus fuerzas a un personaje de cómic marveliano, setentero, como es “Hermano
Vudú”, para luchar contra una plaga de zombies.
En mi opinión, estas son las
historias fuertes del tomo, ya que la que da título al volumen, “¡El arte de
morir!”, es bastante rebuscada y rocambolesca.
Para finalizar, y para atrapar a los incautos lectores de los setenta, (1975), tenemos un crossover del autodenominado Príncipe de las Tinieblas, con el más famoso trepa-muros de las viñetas, que coinciden en un barco, pero apenas en un par de viñetas, y que hacen la guerra por su cuenta sin llegar a enfrentarse. Lástima.
Resumiendo: Un par de historias buenas, otra curiosa sin tirar cohetes (la de Spiderman), y muchas referencias a otras publicaciones, algo habitual por otro lado. No puedo dejar de recomendarla, porque a mí me tiene muy enganchado y disfruto de estos tomos de principio a fin.
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