...Hoy cuando he llegado a casa me he llevado un gran susto. Michel estaba en el sofá, con media lengua fuera, sus bigotes apoyados en una baba espesa que le caía de la comisura de su triangular boca, sus ojos rasgados a medio abrir, y no se movía. Junto a él “La Conjura de los necios” que es el libro que se está leyendo ahora, un ejemplar de “la Aventura de la Historia”, “El País” del domingo pasado, sus gafitas de “ver de cerca” y un Bloody Mary sin consumir.
He intentado hacerle el boca a boca, algo complicado cuando el paciente es un gato siamés, pero lo único que he conseguido es que murmurara algo parecido a : “Bmmmrmmbb”. Ignorando si se trata de un dialecto de socorro gatuno, o si Michel habla arameo en la intimidad, lo he metido como he podido en el transportín felino, comprado para casos de urgencia, y que Michel considera humillante por su condición de intelectual gato de izquierdas.
Esta tarea no me ha resultado sencilla, ya que Michel IV de Gato pesa sus siete kilos y en el intento le he golpeado en dos ocasiones la cabeza contra la jamba del trasto. Otro inoportuno problema ha sido a la hora de cerrar la verjita que trae, a Michel le colgaba la cabeza fuera, no cabía tanto gato en el habitáculo, y no se podía cerrar.
Así que, con la cabeza fuera, baboseante, me he tirado ascensor abajo. Me he metido en el coche, y con un pañuelo blanco en la mano izquierda asomado por la ventanilla, y con gran estropicio de claxon, lo he llevado de Urgencias al veterinario más cercano que está a ciento cincuenta metros de casa.
El veterinario nos ha dejado entrar enseguida, sin hacer cola y sin cita previa. Apenas sin hablar, le ha tomado el pulso, le ha hecho una radiografía y le ha extraído sangre. Yo, mientras tanto, aguardaba en la Sala de Espera, nerviosísimo, dando vueltas en circulo, haciendo cuadrados con la trayectoria de mis pasos y calculando el número Pi en mi agónica vigilia. Sentada a mi lado, una chica con un Yorkshire malhumorado me miraba, sin quitarle ojo a mis danzas tribales. Vestía chaquetilla azul oscuro de Sfera (42,65 Euros), camiseta de procedencia desconocida y pantalones y zapatos Stradivarius (posiblemente, todo el conjunto, 98,75 euros).
Al cabo de dos horas, el veterinario ha entrado en la Sala de Espera, le acompañaban dos silenciosos acólitos:
- ¿Duncan de Gross?.-
- Si, soy yo.-
- En Abril hace dos añitos-. Le he dicho con lágrimas en los ojos.
- Ahm, bien, bueno, Michel está bien. ¿Michel se llama no?.-
- Si, si. - Asentí con la cabeza.
- Lo único que pasa es que hay dos coisas que nos han llamado mucho la atención: La primera que el gato tiene el hígado como una papilla, y la segunda, y aquí viene lo más sorprendente, algo que nunca habíamos visto, ni oído, ni imaginado, un hecho francamente inaudito, insólito...Y es que el nivel de alcohol de su sangre sobrepasa niveles inimaginables, tanto para un humano, como para un gato. Si ahora mismo le prendiéramos fuego a Michel, ardería como una tea durante una semana.
- Pero, pero, ¿Pero entonces que es lo que tiene?, - les he preguntado desesperado.
- Pues resumiendo, Señor De Gross: Su gato está completamente borracho.
23 comentarios:
No me lo puedo creer, soy la primera jiji.
Vaya susto me he llevado, por un momento pensaba que Michel estaba enfermo, si es borrachera a dormirla y se le pasará.
Varias cosas que me han llamado poderosamente la atención:
primer, que el trasportín tiene jambas. Auténtica obra maestra.
Segunda: que dando vueltas en círculo has dibujado un cuadrado. Eso seguro que tiene una simbología oculta.
Tercero, muy bueno el post, como de costumbre.
Cuarto: no le dejes la bebida tan a pata.
Besitos
¿Y sólo tenía alcohol en la sangre? Recuerda que una vez te pidió que le consiguieras determinada planta rara y mala jajaja. Vaya gato más degenerado :P
jajaja, observadora Danae.
1. Lo de las jambas es un guiño.
2. Primero hacía circulos, después cuadrados...
3. Muchas Graciasssss!!.
4. Michel es que ya hace lo que le viene en gana, pero lo tendré en cuenta...
Carls, es posible que tuviera algo más, pero yo ya le he dicho que me niego a comprale la Nepeta en el "poligano"...
Que estaba borracho??no me lo puedo creer! y que le das?
cuentanos ocmo ha quedado el final de la historia...
¡Me lo temía! es que no es vida para un gato...todo el día empinando el codo y para más delito con la hierba tan a pata...eso no era vida...¡ERA VIDORRA!
espero que despues de "dormirla"esté como nuevo, y ya vuelva a sus lecturas izquierdosas y sus reclamaciones sobre el patio lavadero...
mil besos y mis saludos a su majestad borracha.
Espero que no llegue a pasarle lo que me pasó a mí, que después de hacerme un "analís", me dijo el médico: Sr. Max, estoy preocupado, le hemos detectado un poco de sangre en el torrente alcohólico.
Tranquilo, los gatos, y más los izquierdosos, son "asín"... :D
¡Saludos!
Yo también me he asustado en el transcurso de la lectura, pensando que Michel tenía algo malo. La verdad es que con la imaginación de estas historias ya no sé si hay un porcentaje de realidad y uno de fantasía o todo es fantasía. Son divertidas... pero yo también tengo gatos y por un momento he pensado que estaba realmente mal el gato, cuando lo de las lágrimas.
Vaya susto me he llevado!!
Yo también creía que había pasado algo gordo...
Bueno, era de esperar con esta racha de Bloody Marys, no?
Yo tengo una pregunta... cómo pasa Michel las resacas?? Porque la resaca humana la he vivido en mis propias carnes, pero la gatuna??
Ains, en fin un beso y saludos al siamés cirrótico...
Silvia, bueno, es que tu eres nueva por estos lares: Michel suele beber Bloody Marys, es muy especial este gato...
Irene, suele dormir unas doce horas al día, imaginate...
¡¡Ya me lo temia yo!!.Te dije que iba a acabar alcohólico, menuda menopea que ha cogido el tunante.
¡¡Me encanta tu gato Michel!!
Besos
Si ej que no de os buede dejarrr dolos, aljóolicos más que aljóolicos.
Un bedzo en la frremte Michel, o algo.
pues ya veras como se va a poner cuando le digas que se tiene que desenganchar,,.,, suerte con el sindrome de abstinencia.
En serio que le ha pasado?
pues ya veras como se va a poner cuando le digas que se tiene que desenganchar,,.,, suerte con el sindrome de abstinencia.
En serio que le ha pasado?
Ainssss, Duncan, vigila bien de cerca al felino en estas fiestas que t veo el dia de Nochebuena en el veterinario,jajjaaj
Muakks sin resaca
Pobre Michel, deberías tener siempre preparada por casa la vitamina B12 para sus momentos de debilidad.
Vaya vaya, debió leer algo que le hiciera abocarse al alcohol. Dile que ahí no está la solución a nada.
Espero que se recupere prontito y la próxima se cuide más.
Jo ¡Menudo susto!
jajajajajajajajajajajajaja
¡¡¡¡¡Duncan, estas fatal!!!!!
buenísimo!!
Un saludo majo!!
eva
yo ya me imaginaba el cuadro clínico, jajaja, ese gato es tremendo
besitos
AjajajA! Ese gato! me pegue un susto tremendo! me imaginé toda la situación...y al final, solo eran un par de bloody marys de más y un exceso de lectura izquierdista... jajaj!
Saludos a michel!
besos duncan
maru...
Espero que a Michel no le dejes conducir de ahora en adelante, debes ser severo con él en este punto, podría ser más peligroso que amparo. aviso...
Espero que a Michel no le dejes conducir de ahora en adelante, debes ser severo con él en este punto, podría ser más peligroso que amparo. aviso...
jajajaj hay que ver las cosas que le ocurren a Michel (y te arrastra hacia ellas).
me hiciste recordar uno de aquellos "casos de la vida real" cuando encontré a mi querida Porota (una perra de raza indefinida) en la calle, pense que la atropellaron y desde ya empecé llorar, ya en el veterinario parecía una magdalena y mientras la revisaba el veterinario cambio de cara de preocupación a una de risa, mi perra solo estaba desmayada, no tuvo mas que un buen susto, las dos salimos un poco avergonzadas...
Porque te cuento esto que no viene al cuento? no lo se, tal vez porque tu historia me ha llevado a puertos de la nostalgia.
Besitos!
Un relato hermoso por cierto...
Ja,ja, animalito. Vas a tener que cerrar con llave el mueble-bar.
Besos.
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