“Project Silence”, producción cinematográfica surcoreana de 2023, y que participó fuera de concurso en Cannes ese mismo año, no engaña a nadie. Ya desde el principio, ya desde los primeros compases de la película, mientras salen los créditos iniciales en coreano, nos encontramos fotos, titulares de periódico, vídeos cortos de firulais, frases super-importantes en coreano rodeadas con bolígrafo, que hacen sospechar al espectador, música tensa mediante, que no estamos ante la lista de la compra.
Tras la presentación típica/tópica de los que van a ser los protagonistas principales de nuestra historia, nos los encontramos envueltos en un terrible accidente en el puente que va al aeropuerto, provocado por una espesa niebla, que solo acontece en Corea del Sur y en las Vegas Bajas del Guadiana.
Este accidente, que involucra a una treintena de coches, una grúa y todo tipo de vehículos de cuatro ruedas, y que extrañamente apenas presenta personas en el asfalto, que lo normal es que hubiera unas ochenta personas discutiendo en la carretera, llamándose de todo y partiéndose la cara o haciendo los papeles del seguro, afectará igualmente a un convoy militar que traslada a unos firulais modificados genéticamente a través de un proyecto ultra-secreto coreano, llamado, como no podía ser de otra manera… “Project Silence”. Es curioso, porque justo después del accidente, el flujo de coches para tanto de un lado como de otro, se para y no volvemos a ver nuevos accidentes en el puente.
Y pronto nos enteramos de que nuestros firulais obedecen ordenes a través de un sofisticado programa realizado con MS-DOS, convirtiéndolos en auténticas máquinas de quitar gente de en medio, siendo todos recuperados menos uno, que anda mentalmente afectado, ECO-9, que montará una revolución perruna, liberando a sus compañeros y que irán acabando con todo lo que se mueve en el puente, incluyendo a los 300 militares que son mandados allí para acabar con los perrunos, que no se andan con contemplaciones…
Tras el fracaso de los militares y con el puente a punto de derrumbarse por la colisión de un helicóptero y gases tóxicos, además de los perros mutantes, los supervivientes entran en un “Sálvese quien pueda”, en el que nuestro grupo protagonista intenta ingeniárselas para salir sanos y salvos del lugar…
El grupo, por cierto, no puede ser más estereotipado: El gasolinero flipado de la vida, el funcionario padre de una hija, protector y que quiere que todo salga bien desde el principio, recto como una vara en sus principios y actitudes, la abuelita con alzheimer, las super-amigas, el científico medio loco… Vamos, todo un cuadro difícil de creer.
En definitiva: “Project Silence” es una entretenida propuesta para pasar la tarde. No es una gran película, no te va a sorprender, y es predecible como ella sola. De hecho, si te propones desde un principio adivinar quién va a sobrevivir y quién no va a salir de aquel puente maldito, estoy convencido de que acertarás en un porcentaje bastante elevado porque la ves venir a la milla y media…
En cuanto a duración: A mi personalmente se me ha hecho bastante larga, y a pesar de tener un metraje de una hora y media, yo le cortaría entre 15-20 minutos perfectamente, y te contaría lo mismo. Los efectos especiales no están mal, y el final queda abierto, aunque espero que no se atrevan a hacer una segunda película.
Esta es la típica película que gustará a flipados por los experimentos genéticos, políticos corruptos y amantes de los puentes, y que no le va a hacer mucha gracia a protectoras de animales, gatos y militares surcoreanos que no salen muy bien parados. De nota le doy un 5 raspado, raspadete y por los pelos, y os la recomiendo si estáis muuuuy aburridos, solo en ese caso. Si le echáis un vistazo, comentadme qué os pareció a vosotros. Lo dejo por aquí.
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