“Los muertos no mueren”
(Netflix, 2019) es una película estadounidense de zombies, que, a pesar de
tener entre sus filas a viejas glorias como Danny Glover, Iggy Pop, Steve
Buscemi o Bill Murray, por citar a parte del elenco, no aporta más que un par de
chistes malos y a Adam Driver haciendo de él mismo, por variar.
En la narrativa, una
alteración magnética despierta a los muertos del típico/tópico pueblo
estadounidense, transformándolos en zombies bastante toscos e insulsos, que pronto,
atacan a los quince o veinte habitantes del pueblo…
El pueblo, que está habitado
por frikis de todo tipo (dependiente de tienda de cómics, camareras de manual,
tres policías idiotas, una alienígena samurái metida a maquilladora-enterradora…
Lo normal, vamos) cae en el caos, mientras Bill Murray y Adam Driver se pasean
o dicen alguna esporádica chorrada… Hasta que llega un platillo volante.
Esta película en mi opinión os
la podéis ahorrar entera. No diré que le sobra, como siempre suelo decir, media
hora o veinte minutos… Sobra entera…
Ya me diréis que os pareció a
vosotros, si la visteis, y en caso contrario, no caigáis en la trampa…
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