Pintor oficial de la Marina francesa, Jean-Yves Delitte lleva unos años enfrascado en esta colección titulada “Las Grandes Batallas Navales” con desigual suerte. En esta ocasión, el noveno tomo de la colección, lleva el nombre de “Texel” (Norma, 2020).
La Batalla de Texel, sí que me ha parecido que merecía un homenaje dentro de las grandes batallas o hazañas marinas, y más viniendo de alguien como Delitte tan poco autocritico con la Historia marina de Francia, y que nos tiene acostumbrados a ciertas licencias históricas (en el tomo de “Trafalgar” el papel de España no existió, en “Lepanto” la presencia y protagonismo español es de risa, y aun no salgo de mi asombro por nombrar “Stamford Bridge” o “Chesapeake” como unas de las grandes batallas navales de la Historia).
El cómic, en cuanto a dibujo, es una verdadera pasada. Nada que objetar. Delitte tiene un dibujo que es una preciosidad (el color corre a cargo de Douchka Delitte, así que todo queda en casa). Aunque en el guion, y aquí vienen las curvas, suele repetir estereotipos de personajes bigotudos, normalmente en parejas, que nos ponen en guardia con el contexto histórico al que nos enfrentamos, y ya de paso, nos narran una historia secundaria, que no viene mucho a cuento, y que ocupa gran parte del cómic. El lector está deseando llegar a la salsa, que es la batalla en sí, y que se resume en pocas páginas, aunque muy bien diseñadas, con mucha acción, como es el caso de “Texel” donde asistimos a un abordaje impresionante.
La batalla de Texel está enmarcada a finales del S. XVII (1694). Luis XIV, el Rey Sol, está en guerra con Holanda por una cuestión de “quítame de aquí esas lindes, que esto es mío”, y manda a Jean Bart, un tipo que medía dos metros y que había sido corsario (su bisabuelo también lo había sido, al servicio de la Monarquía Hispánica), a escoltar una flota de 120 barcos que vienen cargados de trigo desde Noruega, no para regalarlo, sino para venderlo él mismo y acabar de paso con la especulación reinante en Francia. La escolta de dos barcos daneses y uno sueco, se da a la fuga en cuanto ve venir a la flota holandesa comandada por Hidde de Vries.
A pesar de la inferioridad numérica, Jean Bart decide recuperar el convoy y ataca a la flota holandesa, capturando tres barcos de guerra, entre ellos el buque insignia de Hidde de Vries, que muere a causa de las heridas sufridas en combate. Dicha victoria le vale a Bart que sea nombrado Caballero por Luis XIV.
Interesante historia, quizás
poco conocida para el lector medio español, ya que en esta ocasión no
participamos. El cómic no llega a las cincuenta páginas, y se remata con un
dossier histórico en las páginas finales, que añaden más información a lo que
hemos leído.
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