El cuarto tomo de “Angel
Wings”, titulado “Paradise Birds” (Norma, 2019) de Yann (guion) y Romain
Hugault (color y dibujo), es un cambio de tercio narrativo en todos los
sentidos.
La protagonista, Angela
McCloud, abandona la peligrosa selva birmana y a los “Burma Banshees” para
recibir una nueva misión, por parte de la OSS: Acompañar a una alocada pin-up,
llamada Betty Lutton, muy ligera de cascos y muy enganchada a las anfetaminas.
Aunque todo ello es una
tapadera, ya que su verdadera misión está relacionada con la posibilidad de
acabar antes con la guerra, y ahorrar vidas humanas a ambos bandos. Para ello,
el papel de un piloto japonés, con grandes influencias en la Corte Imperial
japonesa, será clave, pero no fácil. Y Angela tendrá que arriesgar, con lo que
puede perder por el camino…
Se entiende el giro
narrativo de la historia, aunque como lector, me quedo con la sensación de
haberme perdido cosas. Los saltos temporales, a veces, más que ayudar, ponen
piedras en la comprensión de algunas partes de la historia, pero en el global,
el cómic sigue manteniendo el interés y la calidad de la colección.
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