A Carmen Martínez Pineda (Murcia, 1976), la conocí hace unos meses, de casualidad, por las redes sociales. Al poco, me enteré que, aparte de compartir profesión con el que firma (profesora de Secundaria, aunque ella de Lengua y Literatura), ha trabajado como periodista en “La Verdad” (Murcia) y en “El País” (Alicante), y que tiene un currículo envidiable, de esos que quitan el hipo, rematado con un Doctorado Cum Laude (en Historia de la Comunicación Social) con la tesis La censura de prensa durante la Segunda República (1931-36).
Escritora, y finalista de algunos premios literarios, ahora mismo se encuentra presentando este librito, tan interesante, que es “Libertad secuestrada: La censura de prensa en la Segunda República” (2018), fruto de un trabajo de investigación de varios años, sobre un tema que, yo, personalmente, nunca llegué a plantearme jamás, la censura en la Segunda República española (1931-36), que fue una constante a lo largo de unos años que tenemos mitificados, como referentes de libertad, pero que, en realidad, como demuestra Carmen en este magnífico libro… No lo fueron. Diarios y periódicos cerrados, periodistas vetados y multados, portadas mutiladas y órdenes judiciales, fueron el pan nuestro de cada día, tanto de la izquierda como de la derecha, y llevaron al fracaso un proyecto democrático que podría haber llegado a ser otra cosa, muy diferente.
Lo que yo os pueda contar, se quedará siempre corto, y no le haré con mis pocas líneas, la suficiente justicia. Por ello, os recomiendo su lectura, interesante, didáctica, y a ratos deliciosa. No es, ni muchísimo menos, ningún tostonazo histórico, sino que la mano periodística se nota, y mucho, en su narrativa.
2 comentarios:
He llegado por casualidad a esta deliciosa reseña y quiero agradecerte tu gran ayuda para dar a conocer mi obra, máxime cuando, como bien señalas, solo nos conocemos por redes sociales que es lo mismo que tener un primo en Granada. La censura de prensa en la segunda República era un tema muy poco abordado que yo empecé a investigar casi como un reto personal, a pesar de los consejos en contra de catedráticos de universidad y archiveros que me advertían de lo infructuoso del trabajo. Menos mal que seguí adelante porque en el camino encontré más de cien documentos inéditos que demostraban sin ningún género de duda que la censura fue constante e intensa y que se ejerció de modo implacable sobre todo tipo de prensa. Fue una investigación difícil, ardua, con muchos obstáculos, que me granjeó enemistades incluso en la universidad y un cambio de director en el último minuto porque mi directora me dejó en la estacada. Por eso agradezco tanto el apoyo y la buena valoración de lectores como tu.
Gracias a ti por este grandísimo libro, fruto (se nota) de un trabajo concienzudo. La entrada sobre el libro lleva diez días en el primer puesto de entradas más leídas, con cerca de setecientas visitas. Lo cual, creo recordar, hace años que no pasaba por aquí. Enhorabuena.
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