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jueves, 14 de octubre de 2021

Misa de Medianoche (Netflix, 2021)

 

        En mi deambular por Netflix, me he encontrado con “Misa de Medianoche” (2021), que, sin ser una serie (de siete capítulos) para tirar cohetes (Spoilers a partir de aquí) tiene un par de puntos buenos…


        ¿De qué va? Tenemos una típica isla estadounidense, que ha conocido tiempos mejores: Crockett Island. Son una comunidad pesquera, con una pequeña iglesia católica de madera, y gente “guapa”.


        El cura del lugar, que es bastante viejuno, se larga a una peregrinación a Tierra santa. En una tormenta de arena, lo más normal del mundo, se refugia en una vieja iglesia, donde habita un vampiro (que equivoca con un ángel del Señor, por su extrema belleza y proceder), que le mete un muerdazo en todo el cuello.


        Cuando despierta, resulta que el tipo ha rejuvenecido unos 70 años. Total, empaqueta, y con nueva imagen, se trae al vampiro a la isla, pasando por un nuevo cura que está sustituyendo al viejuno (una tipa de 90 años, un poquito mal de salud lo reconoce a la milla nada más llegar). El vampiro hace turismo por la isla matando doscientos gatos, que reparte por la playa descuartizados buscando una performance, y al único perro de todo el islote.


        Mientras tanto, el cura, con la sangre vampírica, celebra Comuniones, transformando a gran parte de los habitantes, y radicalizando su sentimiento religioso, ya que la sangre vampírica lo mismo te cura una enfermedad terminal, que te borra un embarazo, te rejuvenece o te baja la factura de la Luz. Auténticos milagros.


        Durante cuatro o cinco episodios con mucha dosis de testamentos, citas religiosas y beatas locas, no sucede mucho más hasta que el vampiro, que ha acabado con todos los gatos, comienza a dar la cara más a menudo, y el cura se da cuenta de que la luz solar le afecta a la epidermis, las cruces también (según el momento, o episodio).

        Con la ayuda de la loca bíblica de turno, llegan a la conclusión de que tienen que presentar al vampiro, digo al Ángel del Señoh, a la Comunidad. Y en una Misa de Medianoche, en la cual está casi todo el pueblo presente, incluidos el Sheriff que es musulmán y su hijo, se traen a la criaturita, vestida de marinerito, con su calva, sus colmillos y sus alas de murciélago a repartir sangre, como nunca se había hecho por aquellos lares.

        Estamos en el último capítulo, y no sé sabe bien si los disparos, la desconfianza de los lugareños o el nerviosísimo propio de la criatura, que está a base de Sumial y Trankimazin de 5 kilos desde que la isla ha perdido a su población felina, despierta la curiosidad del vampiro por convertir a toda la isla en sus acólitos, chupasangres, saltándose todas las normas sanitarias del coronavirus. A él con esos escenarios sanitarios… Como que no.

       Al final, reduce notablemente la pirámide de población, mientras se acerca el amanecer, y quedan por ahí los dos que menos te esperabas, casi secundarios, mientras que te preguntas si habrá Segunda Temporada en la que la criaturita hace la Confirmación.

        Lo mejor: El séptimo episodio. Lo peor: La historia se puede contar en cuatro episodios, le sobran reflexiones filosóficas y religiosas y le faltan más perros.

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