Convencido por mis amigos Eduardo y Candi, me he metido entre pecho y espalda en cinco días, los trece primeros episodios de la Primera Temporada de “The Americans” (2013). Una historia, basada en un hecho real, que se centra en los años ochenta, y en la vida de dos espías de la KGB infiltrados, desde hace tropecientos años, en Estados Unidos (operan en Washington, pero los espías reales creo que estaban establecidos en Nueva York.
Los tipos tienen una vida normal, o eso aparentan, pero les tocan las narices a los estadounidenses, concretamente al FBI, que todo hay que decirlo, son bastante más lelos en estas cuestiones del espionaje que los soviéticos, que les suelen ganar las partidas de calle, y sin despeinarse demasiado.
La vida profesional de los espías, influye (negativamente) en la vida personal o privada de los mismos. Muchas misiones, caracterizaciones (más que Mortadelo), pasan factura.
La verdad es que tenían razón. La serie quizás no sea para tirar muchos cohetes, por lo menos en la Primera Temporada (quizás suba el listón en la segunda, no sé), pero entretiene mucho, y buena música. Sabes que siempre pierden en la última mano los americanos, ya que ellos son los protagonistas, pero se deja ver, y estoy dispuesto a ver la segunda temporada en los próximos días, así que puede que en una semana me leáis, nuevamente, hablar de esta serie de espionaje, bastante sexo (aunque no explícito) y disfraces a tutti plein.
No hay comentarios:
Publicar un comentario