En los setenta apareció una
de las colecciones de terror más longevas, que se mantuvo durante muchísimos
años en los quioscos haciendo la delicia de los que entonces éramos unos críos.
“Drácula” nos traía el horror de los vampiros, el coraje de los caza-vampiros,
y nombres como el de Bram Stoker y Van Helsing que te animaban a buscar más
sobre estos personajes en la biblioteca del barrio.
Ahora, al encontrarme con esta reedición de Panini (La Tumba de Drácula ¡Drácula Vive!, Panini 2020), no he dudado en hacerme con este primer número que alberga los ocho primeros cómics de la colección, aparecidos en 1972-1973. No es el mismo papel y calidad que recuerdo, pero no por ello no deja de ser un tomo interesante para nostálgicos, y he podido volver a disfrutar del dibujo de Gene Colan, que es todo un clásico.
Con el paso del tiempo, te sonríes
con los errores narrativos que en la niñez perdonabas, o en los que no
reparabas (errores de continuidad, que traten a los rumanos como si fuesen
alemanes…), pero la esencia de esos cómics antiguos está en este tomo de casi
doscientas páginas, y todo eso son banalidades a la hora de disfrutar de estas
historias.
En las páginas finales viene una selección de portadas, incluyéndose igualmente las portadas originales USA, y una biografía de autores. Es el primer tomo de una colección de diez, quizás podría haberse cuidado mucho más, es totalmente cierto, pero no deja de ser una buena oportunidad de volver a disfrutar de un terrorífico ser por el que no pasan los años…
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