“No soy un hombre fácil”
(2018) es una curiosa película francesa. Damien es el típico machista, que
trata a las mujeres prácticamente como si fuesen de “usar y tirar”, es lo peor
que te puedes cruzar.
Un buen día, después de
pasarse cuatro pueblos, como suele ser habitual en su día a día, se da un
golpetazo contra una farola. Al despertar, lo hace en un Universo Paralelo
donde los roles, y los clichés, están cambiados.
Los hombres toman una actitud
femenina, y las mujeres una actitud que, en el mundo de Damien, es lo
masculino. Ellas visten traje y corbata, y ellos pantaloncitos cortos y tangas.
Ellos sufren la violencia sexual, la tortura de la depilación, el acoso diario…
Ellas son el sexo dominante y las que llevan las riendas de todo, desde la
política hasta los grandes negocios.
Una película, desde luego, de
lo más recomendable, creo que despierta, a través del humor y de la comedia
romántica (que es, en gran parte, de lo que trata), conciencias… Los franceses están,
como siempre, por delante en su cine (en su literatura, en sus cómics…) …
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