“Freestyle” (Netflix, 2023) es una
película polaca que no destaca por su originalidad, porque ya hemos visto mil
quinientos veces la historia del típico y tópico rapero, en esta ocasión uno
llamado Diego, que para impulsar su carrera como cantante de rap, se mete en un
rollo de tráfico de drogas que sale mal casi desde el principio, viviendo al
límite en un camino de robos, rap, amenazas, camisetas de la NFL, gorras de mil
tipos y colores, cuernos y sexo mientras suena un sintetizador de fondo… No es,
por cierto, una película para nenes.
En
la narrativa, nuestro protagonista, Diego, se ve envuelto en un rollo chungo de
drogas con unos eslovenos mientras intenta conseguir la pasta para lanzar su
carrera musical. Lo que parecía una operación fácil, droga para allá y dinero
para acá, acaba con la policía de por medio, los dueños de la droga en Modo
Venganza Chunga y con Diego con pocas posibilidades para sobrevivir si no se
mueve rápido…
En
lo técnico hay escenas que parecen grabadas con un móvil o una cámara en la
mano, con planos a veces muy cercanos, ya que a ratos se mueve más que un “Tío
Vivo”, y puedes ver los pelos de la nariz de los protagonistas. El ritmo es
rápido a lo largo de su hora y veinte y dos minutos, aunque no os voy a mentir,
funcionaría igual con un metraje medio de poco más de una hora, y es algo que
yo haría sin pestañear, cortar aquí y allá.
Los polacos se han especializado en los últimos años en
películas que giran en torno a gánsteres, drogas y mafias variopintas, y han
logrado que sus películas, como esta concretamente, lleguen a ser entretenidas,
con una música pegadiza, aunque sin tirar cohetes…
Porque
la historia es previsible a kilómetros de distancia, no esconde nada nuevo y te
ves venir cada una de las tramas, sin sorpresas. Pero, si te va este tipo de
género, te puede llegar a convencer. A mí me ha hecho pasar el rato, y por eso
le doy un 5, no más, porque no hay que ponerse estupendos, pero ahí está, ya me
diréis que os pareció.
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