“Érase una vez un
asesinato” (Netflix, 2023) es una curiosa película japonesa, donde hacen algo
que hemos visto ya mil quinientas veces, pero nunca con actores nipones, que es
mezclar cuentos populares (o ya internacionales directamente), donde sus personajes
protagonizan otras historias o situaciones que no esperaríamos de ellos más
allá de sus papeles de cuento, y menos con Caperucita Roja haciendo de la
versión femenina de Detective Pikachu, Detective Conan o La Señora Fletcher de
“Se ha escrito un crimen”, mítica serie que, durante 12 años, nos traía a casa
a una Angela Lansbury a la que no se le escapaba ningún caso criminal por
resolver…
En la narrativa tenemos a Caperucita
roja, que va por el campo, pinchándose con todos los arbustos con espinas que
hay por la zona, hasta que se encuentra a una bruja, que parece la mismísima Rita
Repulsa y le empieza a dar la brasa con el rollo de cambiarle los zapatos por
unos sucios. Entre unas cosas y otras, pierde los zapatos y se encuentra con La
Cenicienta, y a la vez con otra Bruja que las transforma a las dos en bellas
damiselas para poder asistir al baile del Príncipe, aunque antes se encontrarán
el cuerpo del peluquero de palacio que ha sido asesinado.
Caperucita, que tiene ciertos poderes de
adivinación, se mete a detective para resolver el asunto del asesinato, una vez
que en palacio descubren el cuerpo que ellas previamente habían descubierto… Y,
lo hace bastante bien, todo hay que decirlo. Poco a poco va desgranando los
hechos que han llevado al asesinato del peluquero, analizando a personajes,
situaciones y recreando toda la escena con mucho tino y acierto.
Estamos ante una película de una hora y
cuarenta minutos, de la que vamos a decir que no le quitaría metraje,
entretenida, romántica y diferente, que en su retorcimiento de los cuentos
puede llegar a resultar inocente e infantil, pero que tiene su punto divertido,
aunque sin llegar a tirar cohetes, y que no gasta mucho en efectos especiales,
ni en actores destacables… Si acaso la propia Caperucita, porque el Príncipe es
un soso de cuidado. Para pasar el rato. Le doy un 5 de nota.
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