Con la película belga
“H4z4rd” (Movistar, 2022), me vuelve a pasar que no coincido para nada con la
crítica profesional, que la ve como un peliculón (tiene hasta un Premio del
Festival de Sitges), y yo lo que veo es un refrito de películas anteriores, ya
vistas, con la excepción de que esta no es nada creíble, y que está
protagonizada por un DJ con cierta fama (Dimitri Thivaios), y con unos años
encima que no le hacen apto para un papel en el que se comporta como un joven
veinteañero.
En la narrativa (la
historia se desarrolla en una peligrosísima Amberes, que es la anarquía hecha
ciudad), tenemos a Noah, un tipo enamorado de su coche (un Lexus), que recoge a
su primo (Carlos) recién salido de la cárcel. Este lo usa como conductor para
cometer un atraco con otro tipo más, que sale mal (el atraco) a pesar de que se
llevan un maletín como botín con una serie de cápsulas que son drogas
experimentales (te hace ver dibujos animados), y con una tipa dándoles tiros a
diestro y siniestro que ríete tú del “T-1000” de “Terminator” (aquí ya hay un
gran vacío narrativo en la película, ya que esta parte no queda bien
explicada).
El atraco, ni explicado
ni con su lógica, pues Carlos no sabe ni lo que se ha llevado y encima empieza
a regalárselo a los tres primeros kinkis que se encuentra por la calle,
conllevará que la tipa de la pistola (la atracada), secuestre a la hijastra de
Noah y la use como moneda de cambio para recuperar su botín mientras Noah y lo
que queda de su Lexus se ven envueltos en una carrera contrarreloj para salvar
a la cría, y de paso, el pellejo.
Mala como pegarle a un
padre. Protagonistas muy viejunos, música tecno de hace 30 años, con
reminiscencias a las películas que hacía Guy Ritchie en el Pleistoceno, y solo
a destacar un guiño muy bueno (no sé si ha sido cosa de los actores de doblaje)
a cierta situación que les ocurrió hace mil años a Carlos Sainz y a su copiloto
Luis Moya…
La dejo a vuestra
elección, pero yo no le doy más de un 4.
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