Con “El Gran Diluvio”, película surcoreana de 2025,
que viene bajo la producción de Netflix, he tenido sentimientos encontrados. Vi
el tráiler, como suelo hacer antes de enfrentarme a una película, y me gustó lo
que vi. Película entre las más vistas y demandadas de la plataforma, pensé que
me enfrentaba a una típica película de desastres naturales ubicada en Corea del
Sur (recordad que, desde hace una década, casi todos los desastres tipo
zombies, extraterrestres y eventos parecidos, han dejado su original escenario
estadounidense y se han localizado en Corea del Sur, y Netflix está lleno de
ejemplos)
Pero, a los diez minutos de comenzar (su metraje es
de una hora y cuarenta y ocho minutos, al cual yo le recortaría encantado unos
veinte minutos), nos encontramos conque no hay nada de desastres naturales y su
historia, aparte de rocambolesca, gira en torno a otros derroteros, en los que
se mezclan simulaciones, inteligencia artificial, un desarrollo que puede
recordar a una aventura gráfica o a un libro-juego de hace cuarenta años, y
donde vamos a ir viendo distintos finales, o más bien fracasos, hasta que la
protagonista acierte el camino después de 20 mil intentos.
“El Gran Diluvio” se estrenó en Netflix el pasado
19 de diciembre de 2025, en cines unos meses antes, el 18 de septiembre, y no
he sido capaz de encontrar datos ni de presupuesto ni de recaudación. Lo que si
os puedo contar es que ha estado como película más vista durante una semana en
70 países donde opera Netflix, aunque eso quizás tampoco te diga mucho.
Su narrativa no es del todo original, de hecho, ya
he visto historias parecidas… Así, a bote pronto, y salvando las distancias, se
me viene a la cabeza: “Al filo del Mañana” (2014), “Código Fuente” (2011),
“Todo a la vez en todas partes” película-comedía de 2022 a la que le debo una
reseña, al igual que la de 2013, “Coherence”.
Escrita y dirigida por Kim Byung-woo, en “El Gran
diluvio” nos vamos a encontrar una historia un tanto compleja, al principio
difícil de ubicar en la que An-na, una investigadora especializada en
inteligencia artificial, despierta una mañana para descubrir que el agua entra
a raudales en su apartamento de Seúl. Junto a su hijo de seis años, Ja-in, intenta
sobrevivir a olas gigantes, explosiones de gas, ladrones y agentes de seguridad
armados.
Según va subiendo hacia la azotea y va tomando
ciertas decisiones, le van ocurriendo ciertas cosas. En medio del caos, un
agente de seguridad llamado Hee-jo (Park Hae-soo) viene a “rescatar” a An-na
por órdenes de una organización que cree que ella es clave para preservar la
humanidad debido a su trabajo en un proyecto de emociones a través de la
Inteligencia Artificial.
En un primer momento, separada de su hijo, que
resulta no ser su hijo, sino un ser robótico, un androide, es enviada junto a
unos pocos seres humanos a una estación espacial del tamaño de la provincia de
Badajoz, y una vez allí, descubrimos, que, en realidad, toda la narrativa es en
realidad una simulación creada por Inteligencia Artificial que estudia a través
de las distintas decisiones que toma nuestra protagonista, datos sobre las
relaciones madre e hijo, por lo que nuestros personajes se ven condenados una y
otra vez a repetir es mismo bucle, que tiene distintos finales, todos malos,
por cierto, hasta que An-na, y Hee-jo, se dan cuenta y comienzan a tomar
decisiones para romper el bucle y llegar a un final feliz, exitoso, que rompa
las repeticiones de una vez por todas
Ni que decir tiene, que, finalmente, lo conseguirá
después de miles de intentos que vamos a ir viendo reflejados en la camiseta de
ella, donde aparece una especie de marcador con el número de intentos, aparte
de un croquis de la planta o plantas de edificios donde sucede la trama.
A mi me ha recordado mucho, como os decía, a una
aventura gráfica, o a un libro-juego, ya que según las decisiones que tome la
protagonista, la simulación le planteará distintos finales y posibilidades,
algo que en un principio, me llevó hacia cierta confusión hasta que pillé el
tema. De hecho, llega un momento en que la película nos muestra ya
descaradamente como se crea la simulación de paredes, puertas, elementos, todo…
Como curiosidad, os puedo contar que la película se
rodó entre julio de 2022 y enero de 2023, con sets reales inundados y efectos
visuales por un tubo desde las primeras secuencias, por lo que sospecho que el
presupuesto no ha debido ser barato precisamente.
En definitiva: Os tengo que reconocer que he estado
a punto de suspender la película. Primero por su complejidad, su narrativa mal
explicada, que te deja como espectador con muchas dudas, y más con el final que
se gasta, que no sabes si esta gente es real, son androides o una cabra en
bicicleta. Y, en segundo lugar, porque el nene es lo más insoportable que he
visto en mucho tiempo. Siempre se separa de la madre, hace lo que le sale de
las narices, y he llegado a odiarlo profundamente. Que la ropa esté siempre
seca, o que la gente dure 3 minutos en inmersión, tampoco ayuda.
Le voy a dar un 5 de nota, pero no me atrevo a
recomendarla, así que la dejo a vuestra entera elección.











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