Mis Redes Sociales

Mis Redes Sociales.
Sígueme en YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en Instagram Sígueme en TikTok  Sígueme en Twitter

viernes, 11 de diciembre de 2020

Sara (Panini, 2020) Garth Ennis, Steve Epting, Elizabeth Breitweiser

 

         Este año 2020 que se acaba mientras escribo estas líneas, ha tenido algunos títulos, relacionados con francotiradores, bastante interesantes, como “La Muerte Blanca” que es una biografía del finlandés Simo Häyhä, el cómic “Sarajevo Pain” de Fidel Martinez (que nos sitúa en la Guerra de Yugoslavia), y si nos alejamos un poco más en el tiempo, y nos vamos a 2019, la autobiografía “La francotiradora de Stalin” de Lyudmila Pavlichenko y la propia del cinematográfico Vasili Zaitsev, “Memorias de un francotirador en Stalingrado”. 


        Así que llevamos una racha buena, los aficionados a las historias de snipers o francotiradores de élite, que se viene a rematar con el cómic “Sara” (Panini, 2020), con guion de Garth Ennis (que se ha hecho requetefamoso con su cómic y serie posterior “The Boys” en Amazon), Steve Epting a los lápices, y Elizabeth Breitweiser con los colores. 


        En “Sara”, que se divide en seis capítulos, nos encontramos una supuesta historia basada en hechos reales, durante el segundo invierno de asedio de Leningrado (1942), en un bosque cercano que se disputan nazis y soviéticos, donde las protagonistas son siete francotiradoras de élite soviéticas, que intentan frenar como pueden el avance alemán, hasta que les sale un competidor al paso, un francotirador alemán, que empieza a pararle los pies a las señoritas en cuestión. La historia, como indica el título del cómic, se centra mucho en una concreto, Sara, que comparte alguna frase de Pavlichenko, alguna pose de la película que salió hace un par de años sobre dicha francotiradora (“La Batalla por Sebastopol”, 2015), y puede ser que, incluso, algún comedero de tarro… 


        Me ha llamado la atención, en el prólogo de Marco Ricompensa, que hable de la “escrupulosa precisión histórica” de Ennis en su guion, cuando hay cosas que chirrían, y bastante, en el cómic. Y que, ojo, en mi opinión, no lo desmerecen, porque yo he ido con su lectura a pasar un rato ameno, entretenido, y lo he conseguido. 


        En primer lugar, que las francotiradoras anduviesen por ahí, sin observadores, como el que sale a cazar patos al bosque, algo que contradice las versiones de Zaitsev y de la propia Pavlichenko sobre el arte de cazar de los francotiradores soviéticos. En segundo lugar, que los nazis aparecen como soldados imperiales de Star Wars, de blanco impoluto, nuclear, hasta en los vehículos, cuando no era lo habitual dada la falta de suministros continua de la Wehrmacht, siempre carente de lo más básico. Y en tercer lugar, la propia manera de atacar de los nazis en el cómic, en oleadas, algo más propio de los soviéticos según menciona Otto Carius en su autobiografía “Tigres en el barro”. Otros detalles, los considero un tanto menores, pero estos me han llamado la atención.

 

        Tras esas observaciones, repito, el cómic merece la pena. Hay acción, tiros, explosiones, y una historia más o menos bien hilvanada, aunque tiene un final que no te esperas, o tal vez si, y se echa un poco en falta la numeración de páginas. El dibujo de Steve Epting muy bueno, ya lo conocía de algunos cómics de grapa sueltos que tengo de “Los Cuatro Fantásticos”, y remata los capítulos con láminas o portadas alternativas.

No hay comentarios: