“Picasso en la Guerra Civil” (editado
por Norma Editorial, 2018) de Daniel Torres, es, desde luego, uno de los cómics
más originales que he leído en lo que llevo de año.
Dibujado en unos tonos tricolor,
a veces verde (o azules)-blanco-negro, a veces tonos pastel-blanco y negro, nos propone
una historia nueva. Un “What if?” marveliano. Una historia paralela, o una
historia de esas de tipo… “¿Qué hubiera ocurrido si…?” organizadas en tiras de dos
o tres viñetas, clásicas, que te hacen recordar a aquellos maravillosos cómics
que leía de los setenta.
¿Qué hubiera ocurrido si
Picasso hubiera conocido al padre de Daniel, Marcel Torres, en su exilio
francés (1953) y le hubiera encargado una historieta ficción sobre la presencia
de Picasso en la Guerra Civil? Picasso no estuvo en la Guerra Civil. Estuvo en
Francia, simpatizando con la República, creando una serie de viñetas como “Sueño
y mentira de Franco”, y posteriormente “El Guernica”.
Pero en esta interesante
narrativa que nos propone Torres. Picasso le encarga a su padre, Marcel, una
historieta donde él (Picasso) si participó en el frente, concretamente en la
Batalla del Ebro.
La idea me ha parecido muy
original. Y así, podemos dividir el cómic en tres partes: Picasso propone la
idea. Marcel presenta el cómic a Picasso. Y un epilogo final en el que se firma
la amistad entre el dibujante y el artista cubista.
Para mí, la segunda parte, lo
que es la historieta ficción de Marcel, me ha parecido la más interesante. Nos
encontramos a un joven Picasso, alías Pegasso, que con su arte lucha contra el
fascismo desde Barcelona. Carles Casagemas no se suicidó, sino que, establecido
en Barcelona, disfruta de su arte y de la amistad de sus tres amigas, “Las
señoritas de Aviñón”, de Picasso y de Sabartés. Picasso, por lo tanto, no conoció
a Georges Braque, sino que lo conoce cuando este milita en las Brigadas
Internacionales. Picasso tiene un enemigo en las filas franquistas, Fusil, que
lo imita constantemente. Y, desde luego, no es el Picasso mujeriego que fue en
este Universo. Su arte es lo primero.
Lo dicho: Una bonita historia
en un Universo paralelo, muy interesante y entretenida, que he disfrutado desde
el primer momento, tanto por sus continuos guiños como por su originalidad. Me
ha gustado mucho, y, desde luego, os recomiendo su lectura. Daniel Torres ha
hecho realidad, un gran sueño.
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