Hace cuatro años, en 2021, la película “Nadie” me encantó. La puntué con
un 7 nada más y nada menos en la reseña que le dediqué, y es que el papel de
Bob Odenkirk como héroe de acción, me pareció delirante, y vi llegar un nuevo
icono dentro del cine de acción.
Padre de familia
aparentemente, Hutch Mansell mezclaba muy buenas escenas de acción con una gran
dosis de humor negro, tiros, cuchilladas y chorrazos de sangre con enemigos
casi infinitos y malos icónicos.
Cuatro años después, en
2025, quizás un poco tarde, y con un metraje de poco más de una hora y veinte
minutos, nos llega una segunda parte que no me ha entusiasmado tanto, que me ha
gustado (ojo, me ha gustado), y que nos vuelve a mostrar a un héroe cansado,
que tiene que pagar deudas del pasado, pero que ni en vacaciones le dejan en
paz.
“Nadie 2” me ha recordado
en sus últimos veinte minutos a cualquier episodio del Equipo A, y un poco a
una de las franquicias de “Superdetective en Hollywood” que transcurría en un
cutre parque de atracciones…
¿Qué nos vamos a encontrar en la narrativa de esta
segunda y trepidante parte de “Nadie”? Nuestro protagonista sigue trabajando
para su jefe, “El Barbero”, para saldar la deuda de 30 millones de dólares que
quemó al final de la primera película. Esto de quemar billetes se le da
bastante bien, y aquí va a tener oportunidad de volverlo a demostrar.
Cansado de las innumerables
misiones, pide un tiempo libre para reconectar con su familia, por lo que
piensa que ir todos juntos a un parque de atracciones, con parque acuático
incluido, sería buena idea para desconectar de todo. Los Mansell eligen
Plummerville, pequeña localidad que vive del turismo, y que trae recuerdos de
la infancia a Hutch, ya que vivió allí con su padre cuarenta años atrás.
Nada más llegar, su hijo
Brady tiene una movida en unos salones recreativos con un chico local llamado
Max, que es hijo de un policía corrupto… Bueno, todos lo son, y están al mando
de Lendina (que es una camaleónica Sharon Stone), que sale diez minutos, pero
la verdad es que es una genial Final Boss, acompañada por dos lugartenientes
karatecas, muy de videojuegos.
La pelea de los salones
recreativos solo es el comienzo, ya que Hutch y su familia son acosados, y a
pesar de intentar arreglar las cosas por las buenas, se desata la violencia a
la que está acostumbrado nuestro protagonista, perdiendo una falange de un dedo
en un nuevo encontronazo, esta vez, en un barco.
Informado por su jefe de lo
que hay detrás de los policías corruptos, Hutch se organiza para acabar con la
organización criminal de Lendina y sus cincuenta secuaces, que utilizan el
parque de atracciones y medio pueblo para sus historias de contrabando, por lo
que se organiza con uno de los policías locales, cuyo hijo secuestrado ha sido
rescatado por Hutch, con su padre y su hermano, para hacer frente a los Malos
de turno, infestando todo el parque con cientos de trampas…
Y esta es la parte, sus
últimos 20 minutos, a lo que comentaba al inicio de la reseña… Me ha recordado
a cualquier episodio del “Equipo A”, donde hacían un invento con lo que tenían,
trampas y cosas similares, y el escenario del parque de atracciones también me
ha traído a Axel Foley a la cabeza.
En definitiva: “Nadie 2” se
presenta con un presupuesto de 25 millones de dólares, más gastos variados
aparte (como distribución, publicidad, marketing…) y una recaudación de unos 40
millones a nivel mundial, por lo que ha sido un poco “las gallinas que entran
por las que salen” en el aspecto económico.
Sus escenas de acción están
bien coreografiadas, el metraje me ha encantado que sea cortito pero bien
estructurado, y no sé si es por el rollo familiar, turístico veraniego, pero en
esta ocasión no me ha fascinado tanto como la primera parte. Me ha gustado, eso
es indudable, pero me ha dado la sensación típica de… Esto ya lo he visto
antes: El tema de la doble vida del protagonista, la redención de uno de los
policías, un Christopher Lloyd haciendo de abuelo loco en unas apariciones
brevísimas (era como sacar al Murdock del internado, como se hacía en el Equipo
A, ha faltado el helicóptero), y una mala de cómic o de videojuego, predecible,
que restan a la película el factor sorpresa, y que dejan un final abierto
totalmente.
De nota le doy un 5,5, y a ver qué pasa, que sigue…
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