He llegado a “Humane”, película canadiense de 2024, tras leer brevemente
una sinopsis que hablaba sobre un apocalipsis climático y una cena familiar, y
me he dicho: ¿Qué puede salir mal?
Después ya he visto el
nombre de Caitlin Cronenberg, y he sentido cierto escalofrío al reconocer el
nombre de la hija del mítico director, David Cronenberg, porque he pensado que
como a la hija le diera por imitar al padre, la cosa podría dispararse, pero he
intentado dejar ese pensamiento de lado a la hora de abordar la película, y más
siendo esta la opera prima de nuestra muchacha de cuarenta tacos.
No sé mucho de inglés, lo
tengo bastante olvidado desde hace cuarenta años, pero “Humane” creo que
significaba algo así como “Cuidadoso, benévolo o compasivo”, corregidme, por
favor, si me equivoco.
Y eso es, precisamente,
algo que no vamos a ver en la película, por lo que el guiño-guiño está
garantizado a la hora de abordar una trama de una hora y media de duración,
que, en su segunda mitad se me ha hecho un tanto pesada, lenta, y que se
convierte poco a poco, casi en una película de terror… O directamente lo es.
La película se rodó en
apenas tres semanas, veinte días, en el castillo de Ravenscliffe en Hamilton
(Ontario) (Canadá), que a mi me ha parecido bastante hortera, un pastiche
neogótico pero buen escenario para narrar un relato sobre la moral, o la falta
de moral más bien, de una familia que vive en un mundo donde el sistema ha
colapsado, el medio ambiente ha quebrado, y aquí sobra gente por un tubo para
que no se pierda todo.
¿Eran los lemmings aquellos
bichos, según el mito, que se quitaban de en medio para que la colonia
sobreviviera con los pocos recursos existentes? Creo que sí, pues por ahí van
los tiros, pero no todos están dispuestos a ser tan generosos y sacrificados
por el bien común de la humanidad, ¿O sí?... No, que va, ni por asomo.
En la narrativa estamos
ante un futuro cercano y distópico, o quizás no tanto, en lo de distópico me
refiero, no en lo de cercano, en el que los rayos ultravioletas están por las
nubes, y el cambio climático, a pesar de que esto no se cuenta realmente bien,
ha hecho de las suyas y ha abocado a la humanidad a la desaparición al menos
que haya una reducción de población.
Un periodista jubilado y con
mucha pasta, Charles, vive junto a su segunda esposa un retiro tranquilo. Él
tiene cuatro hijos adultos, dos chicas y dos chicos, a los que reúne en una
cena, a la que también acude su nieta, que no debería estar allí.
La cena servirá para
confesar que él y su esposa han decidido inscribirse en un programa
gubernamental para que te quiten de en medio de manera voluntaria para reducir
la población ante la catástrofe ambiental que tienen encima.
A cambio, los hijos
recibirán una cantidad millonaria, y cada uno reacciona a su manera ante la
noticia. Entonces, se presentan unos señores muy simpáticos del gobierno con
unas jeringas que te dejan frito en un plis-plas, y Dawn, la esposa, que es una
experta cocinera, huye del lugar.
Bob, el funcionario a cargo
del asunto, y unos guardias armados, informan a los hijos, que se necesitan dos
cuerpos, ya que eso es lo que se ha firmado en el contrato por parte de su
padre, y al haber escurrido el bulto la esposa, uno de los cuatro, la nieta no
cuenta, deberá morir para que el trámite se cumpla. Debe haber dos finiquitados
si o si, y entonces empieza la guerra.
A partir de aquí, tenemos un castillo enorme, y
cuatro hermanos que rompen sus lazos afectivos para sobrevivir, montándose unas
alianzas y traiciones, que ríete tú de “Gran Hermano”, “La Isla de las
Tentaciones” y programas por el estilo. Los cuchillos vuelan, la sangre fluye y
aquí se trata de poner un muerto encima de la mesa ante nuestro villano
malvado, el funcionario Bob, que no deja de ser un simple burócrata.
En definitiva: A pesar de que “Humane” no parece
una película cara, no he logrado encontrar su presupuesto por ninguna parte,
aunque sé que solo ha recaudado 45 mil dólares a nivel mundial.
Tiene los ingredientes suficientes para demostrar
que una historia sencilla puede llegar a despertar tu interés. Hay algo en su
cocción que no me ha acabado de convencer del todo. No sé por qué, a ratos,
levemente y salvando las distancias, me ha recordado a “Perseguido”, quizás por
el premio millonario, y a “Starship Troopers” por el rollo del sacrificio de
unos para salvar a otros contra lo inevitable, bichos allí, catástrofe
medioambiental aquí.
Los cuatro hermanos demuestran caracteres
diferentes entre sí, bastante estereotipados y arquetípicos, cada uno tiene sus
motivos para intentar quitarse de encima a uno de los hermanos. Egoístas,
fríos, frágiles en algunos casos, culpables todos, y privilegiados miembros de
la sociedad que no se han visto afectados por el drama mundial hasta esa misma
noche, demuestran el instinto básico por la supervivencia por encima de todo,
sin pestañear.
A veces falla en el ritmo, pero su metraje se ajusta bien y se puede ver, aunque sin tirar cohetes. Puede llevarte a la reflexión, pero también al olvido más pronto que tarde. De Nota le doy un 5.
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