“Wild Bill Hickok” es el segundo cómic que os traigo de la colección,
“La Verdadera Historia del Far West”, publicado por Norma en 2024, y que, de
momento, y hasta donde yo sé, está compuesto por cuatro tomos, independientes y
autoconclusivos.
En teoría, creo que este es
el primer tomo de la colección, aunque no están numerados. En una reseña
anterior, ya os hablé de “Little Big Horn”, al que le tenía muchísimas ganas,
protagonizado por el mítico General Custer.
Este cómic, al igual que el
anterior, se presenta como un cómic de tapa dura, 56 páginas a todo color, y
que viene de la mano de Dobbs en cuanto al guion, un tipo que ha adaptado
cómics requetebuenos, y que hemos comentado alguna vez por el blog, como “El
Álamo”, o los dedicados a H.G. Wells como “la Máquina del Tiempo”, “La Isla del
Dr. Moreau”, “El Hombre Invisible” o “La Guerra de los Mundos” (este último
junto a Vicente Cifuentes), el italiano Ennio Bufi a los lápices, y el
especialista en la Historia del Lejano Oeste y de los Estados Unidos del S.XIX,
Farid Ameur, que presenta un didáctico dossier histórico al final del tomo.
Aunque es una auténtica
leyenda para los que somos aficionados a la Historia del Lejano Oeste,
curiosamente, hay poca filmografía de un tipo interesante, y a la par
problemático y contradictorio, como fue James Butler, “El Salvaje Bill”.
El cómic resume mucho,
muchísimo, la vida del protagonista, daros cuenta de que hablamos de 56
páginas, y los autores han optado por mostrarnos los hitos más importantes de
Will Bill en una narrativa que da continuos botes entre el pasado y el
presente, en flashbacks, y nos muestra ya a un viejo pistolero, sheriff, jugador
y explorador, un tanto cansado de la intensidad de la vida que ha elegido
vivir. No vamos a ver al joven Bill. Así que olvidaros de una cronología lineal
clásica, porque no lo vas a ver, sino algo mucho más cosido por hechos y
consecuencias a través de recuerdos, en una frontera difusa entre el mito, la
leyenda, y la realidad, a través de un dibujo fantástico, de un autor que no
conocía como Ennio Bufi, que creo que ha sabido captar perfectamente la esencia
del personaje de principio a fin, y que juega muy bien con las viñetas, algunas
de ellas con un estilo muy cinematográfico.
Nuestro Bill nació en 1837
en una granja de Illinois, concretamente en un pueblucho llamado Homer, que hoy
se conoce como Troy Grove, y que sigue siendo un lugar bastante inhóspito hasta
donde sé, con un municipio de apenas mil habitantes y bastante rural aún.
Hijo de un abolicionista,
creyente y temeroso de Dios, y con cinco hermanos y hermanas de los que pronto
se desentiende. El joven Bill pasaba bastante de la escuela, y solo aprendió lo
básico antes de salir en busca de aventuras, peleas y broncas, borracheras y conquistas
amorosas. Ligón, al parecer, era un rato.
Antes de los 18, ya estaba
claro que no iba a trabajar en la granja familiar, trabajo que despreciaba. Era
hábil con el gatillo, muy bueno jugando al póquer y montando a caballo. Y su
habilidad para meterse en jaleo pronto hará que ponga pies en polvorosa,
dirección a Kansas, después de una disputa por una partida de cartas, que él
creía que había acabado con su oponente fallecido.
Una vez en Kansas,
trabajando como conductor de diligencias y enfrentándose a esclavistas, indios
y todo lo que se mueva,comenzando a ser temido y admirado a la par.
Aquí conoce al futuro
Buffalo Bill, William F. Cody, que era nueve años menor que él, y durante este trabajo,
es atacado por un oso, que es por donde comienza nuestro cómic. Se carga al oso
a cuchilladas, pero el oso lo dejó gravemente herido.
Pronto comienzan a escribirse artículos sobre su
habilidad con el revolver, sus hazañas, muchas de ellas exageradas e
inventadas, y publicadas en novelas de bolsillo, teniendo su primer hito en el
duelo de Rock Creek de 1861, donde acabó con varios hombres a tiros, el
terrateniente David McCanles y dos de sus hombres concretamente, unos dicen que
por un pago no realizado (en otras versiones líos con mujeres), alegando
defensa propia. Los testigos así lo afirman. Y el Jurado Popular lo declara
inocente de todos los cargos, haciendo las delicias de la prensa que lo
perseguía y veía en él a un auténtico filón de vender periódicos.
Aquí ya todos los tabloides del momento ya lo
conocen como “Wild Bill”, el tipo que derrota a ejércitos enteros de hombres
armado solo con sus dos colts que lleva del revés, con la empuñadura hacia
adelante.
Ese mismo año, que comienza
la Guerra de Secesión Americana, por los valores dados por su padre,
abolicionista convencido, se enrola en el ejército yanqui, donde destaca como
explorador, con alguna hazaña a destacar como espía e infiltrado en líneas
enemigas, que lo llevará a final de la guerra a ser contratado como alguacil,
como marshal en algunas ciudades de Kansas, donde lo mismo se ponía serio y
profesional como la Ley que representaba, que se metía en líos, borracheras,
partidas de póker y tiros.
De hecho, en el cómic,
vamos a ver el duelo que mantiene con un tipo llamado Davis Tutt, por un reloj
que aseguraba que era de su madre y que había perdido en el juego, y que acabó en
un nuevo juicio y una nueva absolución al alegar defensa propia.
Enrolado nuevamente en el
ejército como explorador, conocerá al General Sherman y al malogrado Custer, se
sigue metiendo en disputas (mata a tres tramperos borrachos en Nebraska), y
consigue huir de una emboscada cheyene salvando a su asediado destacamento al
lograr traspasar las filas indias con un lanzazo en un muslo.
Entre 1870-71, mito
viviente, vuelve a hacer labores de sheriff, aunque va dejando un reguero de
muertos por donde pasa y llega a matar, por error, a su ayudante, Mike
Williams. Este hecho le marcará, deja el trabajo y vaga nuevamente metiéndose
en jaleos (peleas, mujeres, alcohol), hasta que en agosto del 72 participa en
un show en las cataratas del Niágara, y en 1873 participa en una gira teatral
con Buffalo Bill y Texas Jack de ocho meses por los Estados del Este.
Mal actor, metido en
peleas, se sale del espectáculo y vuelve hacía el Oeste. En 1876 se casa con
una actriz de circo, llegando a Deadwood, ciudad minera en la Colinas Negras,
en Dakota, ciudad sin ley a la que llega en compañía de la también célebre
Juanita Calamidad. Sigue con las peleas, borracheras y en la tarde del 2 de
agosto, jugando al póker, sentado de espaldas a la entrada principal del Saloon
Nº10, algo que nunca había hecho hasta entonces, un tipo llamado Jack McCall se
le acerca por detrás y lo mata de un disparo a bocajarro en la nuca. Wild Bill
cae fulminado, y muestra sus cartas: Pareja de ases, pareja de ochos, y un
nueve: la conocida como “Mano del Muerto”.
La verdad es que, a pesar
de haberme parecido un cómic muy corto, muy resumido, lo he disfrutado
muchísimo. Es uno de esos cómics didácticos que me han contado cosas que sabía,
que no sabía, que he buscado en internet después de haberlo leído para querer
saber más, y con un magnífico final en forma de dossier con fotografías,
grabados y láminas de la época que compensa bastante la escasez de un cómic que
podría haber tenido perfectamente el doble de páginas sobre este gran icono del
“Far West”, como fue “Will Bill”.
Aun así, como el de “Little Big Horn”, creo que es de lo más recomendable, un tesoro didáctico a tener en cuenta, y mucho más si te gustan las viejas Historias del Oeste como es mi caso. Su precio, por cierto, ronda los 19 euros.
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