No hay nada como un buen podcast. Yo debería haberme dedicado a hacer
podcast, y no a hablar aquí solo. Podcast de misterios, como los que hace
nuestra protagonista, en plan: ¿Por qué los trenes no funcionan en
Extremadura?, ¿Por qué Cáceres y Badajoz no están conectadas por autovía, o
Badajoz con Huelva?, ¿Por qué la gente joven se larga de aquí y seguimos sin
tener futuro? o ¿Por qué existe el Badén de Talavera?.
Estoy convencido de que
sería un éxito, un enorme éxito, y la gente estaría siempre esperando un nuevo
podcast sobre grandes misterios que solo suceden en Extremadura, mientras en
otros lugares con el triple de recursos y oportunidades, con grandes
infraestructuras y aeropuertos internacionales se sienten oprimidos, y cosas
así…
Pues de eso va, de un
podcast, la película australiana de 2022 titulada “Monolith”, de una hora y
media de metraje, rodada en quince días en Adelaida y con un presupuesto de
medio millón de dólares, una recaudación ínfima y con una sola actriz en
pantalla, Lily Sullivan… Ahm, y un tortugoide también, todo hay que decirlo.
Lo primero que tengo que
decir de “Monolith” es que es una película que me ha gustado, pero que tiene
una trama difícil de analizar o de comprender, más en el final, que no me ha
quedado muy claro, y tengo dos teorías que compartir con vosotros, y si tenéis
la vuestra propia, estaría encantado que me la dijeseis para poder ver otros
enfoques y puntos de vista.
En la narrativa seguimos a
una tipa que tiene un podcast de misterio en horas bajas, porque no acaba de
levantar el vuelo, es una periodista que debió tener un pasado más fructífero
por el tamaño de la casa que se gasta que es como la mitad de mi barrio, pero
con más verde y con habitaciones que nunca ha visto.
La señora está bastante desesperada
porque la vaina tiene pinta de no remontar, pero un día recibe cierta
información, un correo electrónico anónimo, que la pone en la pista de la
existencia de unos bloques o ladrillos negros misteriosos que llevan años
apareciendo por medio planeta, y que afectan a sus dueños o portadores,
haciéndoles ver visiones inquietantes y alterando las percepciones y
sentimientos de sus dueños.
Este correo le pone en la
pista de uno de ellos, en el que una antigua empleada de hogar tuvo una
experiencia aterradora con uno de ellos mientras servía en una casa de la que
fue despedida de muy malas maneras.
Aquel ladrillo fue vendido,
lo que llevará a la periodista a seguir la pista de un tratante de arte,
mientras va manipulando y narrando en su podcast los audios que va tomando en
sus entrevistas, que se van haciendo cada vez más interesantes y que hace que
su podcast tenga miles y miles de oyentes, transformándose gradualmente en un
éxito.
Según va investigando más,
su mente comienza a afectarse, tortugoide, que hace una gran interpretación,
deja de comer, y la historia se complica al ser ella parte de la historia de
los ladrillos negros, porque averigua que ella era la niña de la familia que
botó a la calle a aquella mujer poseedora del primer ladrillo, que fue vendido
al tratante de arte por parte de su padre, tratante que también pierde la
chaveta completamente, y que todo lo que hemos visto está relacionado al final
con ella, su pasado, remordimientos, sentimientos de culpa y un pasado para
olvidar.
¿Habéis visto alguna vez
algún gato echar una bola de pelo? Seguro que sí, es un espectáculo digno de
ver. Pues hay una escena en la que nuestra protagonista escupe un ladrillo que
tenía ubicado en el esófago de vete a saber cuándo, de ahí la importancia de hacerse
de vez en cuando una radiografía, no vaya a ser que en una pierna tengas una
moto de 500 CC o en un brazo una réplica de la Estatua de la Libertad.
Le mete un martillazo al ladrillo, y de ahí surge
su doble, como cuando Atenea nació de la cabeza de Zeus después de un
martillazo de Hefestos, igual. Su doble no está para conversaciones, es muy
seria, muy fuerte, y la persigue hasta la orilla de un lago donde la estrangula
hasta matarla, después le llena el cuerpo de pedruscos y se supone que la mete
en el agua.
El doble llega a casa, tortugoide vuelve a comer y
a mi se me queda cara de póker, porque no sé si he visto un rollo
extraterrestre o es una complicada metáfora sobre la culpabilidad del pasado,
una metáfora sobre el renacer del ser o su abuela en bicicleta. ¿Vosotros que
pensáis?
En definitiva: Más allá de
este final raro, del que no me he enterado bien, la película no me ha parecido
mala. Está bien planteada, con un solo personaje en escena, una casa que se ha
tenido que chupar el presupuesto de la película en alquiler, y la sublime
interpretación de la tortuga.
A pesar de que su metraje
pueda parecer corto, en algunas partes de su narrativa se te puede hacer cuesta
arriba. Da para muchos debates filosóficos, pero ese ladrillo lo pasé hace algunas
décadas, así que las reflexiones filosóficas las dejo a vuestro parecer.
De nota le voy a dar un 5,5. Si la veis, ya me comentaréis que os pareció a vosotros “Monolith”, si os gustó u os pareció un ladrillo.
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