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sábado, 19 de julio de 2025

Monolith (2022)

 

        No hay nada como un buen podcast. Yo debería haberme dedicado a hacer podcast, y no a hablar aquí solo. Podcast de misterios, como los que hace nuestra protagonista, en plan: ¿Por qué los trenes no funcionan en Extremadura?, ¿Por qué Cáceres y Badajoz no están conectadas por autovía, o Badajoz con Huelva?, ¿Por qué la gente joven se larga de aquí y seguimos sin tener futuro? o ¿Por qué existe el Badén de Talavera?.

        Estoy convencido de que sería un éxito, un enorme éxito, y la gente estaría siempre esperando un nuevo podcast sobre grandes misterios que solo suceden en Extremadura, mientras en otros lugares con el triple de recursos y oportunidades, con grandes infraestructuras y aeropuertos internacionales se sienten oprimidos, y cosas así…


        Pues de eso va, de un podcast, la película australiana de 2022 titulada “Monolith”, de una hora y media de metraje, rodada en quince días en Adelaida y con un presupuesto de medio millón de dólares, una recaudación ínfima y con una sola actriz en pantalla, Lily Sullivan… Ahm, y un tortugoide también, todo hay que decirlo.

        Lo primero que tengo que decir de “Monolith” es que es una película que me ha gustado, pero que tiene una trama difícil de analizar o de comprender, más en el final, que no me ha quedado muy claro, y tengo dos teorías que compartir con vosotros, y si tenéis la vuestra propia, estaría encantado que me la dijeseis para poder ver otros enfoques y puntos de vista.

        En la narrativa seguimos a una tipa que tiene un podcast de misterio en horas bajas, porque no acaba de levantar el vuelo, es una periodista que debió tener un pasado más fructífero por el tamaño de la casa que se gasta que es como la mitad de mi barrio, pero con más verde y con habitaciones que nunca ha visto.


        La señora está bastante desesperada porque la vaina tiene pinta de no remontar, pero un día recibe cierta información, un correo electrónico anónimo, que la pone en la pista de la existencia de unos bloques o ladrillos negros misteriosos que llevan años apareciendo por medio planeta, y que afectan a sus dueños o portadores, haciéndoles ver visiones inquietantes y alterando las percepciones y sentimientos de sus dueños.

        Este correo le pone en la pista de uno de ellos, en el que una antigua empleada de hogar tuvo una experiencia aterradora con uno de ellos mientras servía en una casa de la que fue despedida de muy malas maneras.

        Aquel ladrillo fue vendido, lo que llevará a la periodista a seguir la pista de un tratante de arte, mientras va manipulando y narrando en su podcast los audios que va tomando en sus entrevistas, que se van haciendo cada vez más interesantes y que hace que su podcast tenga miles y miles de oyentes, transformándose gradualmente en un éxito.


        Según va investigando más, su mente comienza a afectarse, tortugoide, que hace una gran interpretación, deja de comer, y la historia se complica al ser ella parte de la historia de los ladrillos negros, porque averigua que ella era la niña de la familia que botó a la calle a aquella mujer poseedora del primer ladrillo, que fue vendido al tratante de arte por parte de su padre, tratante que también pierde la chaveta completamente, y que todo lo que hemos visto está relacionado al final con ella, su pasado, remordimientos, sentimientos de culpa y un pasado para olvidar.

        ¿Habéis visto alguna vez algún gato echar una bola de pelo? Seguro que sí, es un espectáculo digno de ver. Pues hay una escena en la que nuestra protagonista escupe un ladrillo que tenía ubicado en el esófago de vete a saber cuándo, de ahí la importancia de hacerse de vez en cuando una radiografía, no vaya a ser que en una pierna tengas una moto de 500 CC o en un brazo una réplica de la Estatua de la Libertad.


Le mete un martillazo al ladrillo, y de ahí surge su doble, como cuando Atenea nació de la cabeza de Zeus después de un martillazo de Hefestos, igual. Su doble no está para conversaciones, es muy seria, muy fuerte, y la persigue hasta la orilla de un lago donde la estrangula hasta matarla, después le llena el cuerpo de pedruscos y se supone que la mete en el agua.

El doble llega a casa, tortugoide vuelve a comer y a mi se me queda cara de póker, porque no sé si he visto un rollo extraterrestre o es una complicada metáfora sobre la culpabilidad del pasado, una metáfora sobre el renacer del ser o su abuela en bicicleta. ¿Vosotros que pensáis?

 

        En definitiva: Más allá de este final raro, del que no me he enterado bien, la película no me ha parecido mala. Está bien planteada, con un solo personaje en escena, una casa que se ha tenido que chupar el presupuesto de la película en alquiler, y la sublime interpretación de la tortuga.

        A pesar de que su metraje pueda parecer corto, en algunas partes de su narrativa se te puede hacer cuesta arriba. Da para muchos debates filosóficos, pero ese ladrillo lo pasé hace algunas décadas, así que las reflexiones filosóficas las dejo a vuestro parecer.

        De nota le voy a dar un 5,5. Si la veis, ya me comentaréis que os pareció a vosotros “Monolith”, si os gustó u os pareció un ladrillo.

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