“Farang” hasta donde yo sé, y hasta donde yo tengo
entendido, en tailandés significa extranjero, y es una palabra que se usa para
referirse a los blancos y a los extranjeros en general… Debe ser algo parecido
a nuestro guiri en España.
En esta producción francesa de 2023, “Farang”, el actor
francés Nassim Lyes, que, si por algo se caracteriza, entre otras cosas, es por
hacer películas de acción donde las artes marciales tienen un gran
protagonismo, es nuestro extranjero en Tailandia. Nassim Lyes lleva toda la
vida practicando kickboxing, y cumple muy bien en el papel del tipo de
películas de “Yo contra el barrio”, que copian el guion literalmente a un
arcade, a una máquina recreativa de los noventa, consiguiendo un producto, una
película, que ya has visto unas tres millones de veces, pero que volverás a ver
una vez más en una nueva vuelta de tuerca.
“Farang” se caracteriza por ser una película que tarda en arrancar, que tiene algunos vacíos argumentales, que te ves venir de lejos por su simplicidad y que es predecible como ella sola, y cuya violencia, ultraviolencia dirán algunos, más allá de unas escenografías de acción muy trabajadas, será posiblemente lo único que recuerdes al cabo de dos o tres días, pero eso es, al fin y al cabo… “Farang”
En la
narrativa de “Farang” tenemos a Sam, un preso modelo que quiere salir de la
cárcel y empezar de cero. No sabemos qué hace allí, pero cuando sale, los
típicos coleguitas del barrio lo vienen a buscar. Él pasa, y se busca un curro
en una obra, con hormigonera asesina incluida, como debe ser… Pero los kinkis
del barrio le vienen de vuelta y en la lucha con uno de ellos, este acaba
precipitándose de un edificio en construcción y muere.
Cinco años después, no sabemos cómo, tenemos a Sam
establecido en Tailandia, arrejuntado con una franco-tailandesa madre soltera
que quiere comprarse un terreno al lado del amigo Fran de la Jungla, pero no
tiene las perras para hacerse de él.
La única manera de hacerse con el terreno es hacerle un trabajito a Narong, un francés malvado establecido en Tailandia, interpretado por el actor belga Olivier Gourmet, que es una de las caras más reconocidas del cine francófono con más de setenta películas realizadas, si mal no me acuerdo… Y que aquí no aparece más de cinco minutos de metraje, en un papel que pasará sin pena ni gloria, pero que seguro que ha aceptado para darse el bote dos semanas a Tailandia.
El trabajito, por supuesto, era una trampa, y la chica de
Sam acaba muerta, la nena secuestrada y Sam, tras dos semanas y media de
recuperación, vuelve del más allá clamando venganza. Así que, con la ayuda de
amuletos mágicos, la versión tai del Sr. Miyagi, y la vista nublada por el
odio, se dedica a ir cargándose a los lerendos de Narong, pasando las distintas
fases y sus correspondientes jefes, de la manera más sangrienta y sanguinolenta
posible, hasta llegar al Jefe Final, Narong, que le dura dos telediarios a
pesar de llegar con la barra de vida por los suelos, y sin vidas extras.
En definitiva: Es un videojuego clásico de peleas hecho
cine, algo ya visto, pero que, si te pilla el día tonto y no eres demasiado
exquisito para ver gargantas cortadas, huesos que sobresalen de la carne o
cabezas voladas literalmente, puede llegar a entretenerte. Las escenografías
muy bien trabajadas, muy bien escenificadas, sobre todo una lucha en un pasillo
y otra en un ascensor. Farang reparte, además, independientemente sea tu sexo,
género o creencia religiosa, así que todo queda muy igualitario, y por ahí no
creo que haya muchas quejas del personal.
¿Nota?: Un 5. Le quitaría quince minutos de metraje perfectamente, pero no está mal para pasar la tarde. Por cierto, en el blog tenemos comentada de este actor también, “Nuevos Ricos”, por si interesa…
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