“Las nuevas leyendas de
Mono” (2018), es una serie australiana que consta de 2 temporadas. Su primera
temporada tiene diez capítulos, de los que sobran perfectamente tres que son
puro relleno, yen los que no sucede prácticamente nada.
En la narrativa tenemos a una chica huérfana, superviviente
del ataque que sufre el monasterio donde se alojaba (se hace pasar por chico
casi toda la temporada), por parte de un demonio. A raíz de ello, asume la
identidad del monje Tripitaka, fallecido en al ataque demoniaco, cuya misión es
liberar al dios “Rey Mono”, encerrado allí por cinco siglos acusado de un
asesinato que no ha cometido por arte de otros dioses, y convencerlo para
luchar contra las oleadas de demonios que asolan la Tierra, y que han tomado el
Palacio de Jade de los dioses, uniéndose para ello a la escasa resistencia que
les queda a os supervivientes.
Pronto, se le unirán otros dos dioses: Porco y Árida en su
lucha contra los demonios y en la recuperación de unos antiguos pergaminos, cuya
traducción, puede dar la inmortalidad a aquel que consiga usarlos
correctamente.
La serie, en general, me ha recordado mucho a “Hércules y
sus viajes legendarios” de Kevin Sorbo, y a “Xena. La Princesa Guerrera”, en su
desarrollo, aunque con un toque más gótico, más oscuro.
Comienza
más o menos bien, con ciertos toques de humor incluidos, pero pronto se te hace
aburrida y repetitiva, con ciertas actuaciones lamentables. La música recuerda
a las últimas temporadas de “Stranger Things”, casi ochentera. Los efectos
especiales, infames y cutres. Las coreografías de lucha, bastante mediocres. En
cuanto al reparto, está conformado en un 80% por actores de origen Pacífico o
maorí. Los caucásicos son, en su mayoría, los malos, los demonios, destacando
uno que se parece a Miguel Bosé en la película “El Caballero del Dragón”. En
total, no creo que haya más de quince actores en toda la temporada.
Los escenarios se repiten, reaprovechados, recauchutados
para que parezcan otros, pero casi siempre son los mismos, y da la sensación de
que narrativamente no saben cerrar la narrativa por la cantidad de tiempo que
pierden con la trama principal.
Es una serie que, al final, no tiene nada que ver, o poco,
con las míticas historias del “Rey Mono” original, pero a pesar de mala, veré
la Segunda Temporada, porque quiero saber cómo acaba esta vaina.
¿Nota?
Entre el 3,5 y el 4, y dando mucho las gracias.
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