Hace unos pocos años me compré
este álbum, primero de una colección de cuatro, de Sara Lone, titulado “Sara
Lone 1. Pinky Princess” (Norma, 2014) de Erik Arnoux (guión) y David Morancho
(dibujo). Después, tengo que reconocer, que ni lo toqué, porque se perdió en la
vorágine que es la estantería de los libros y cómics pendientes de leer, que
supera los cien ejemplares, actualmente, mientras escribo estas líneas.
Hace un mes, lo descubrí, o lo
redescubrí, y busqué si tenía alguna parte más, antes de comenzarlo a leer. Así
fue como averigüé que forma parte de una colección de cuatro números. Adquirí
los restantes, y me he puesto a leerlos.
La historia de Sara Lone nos
sitúa en la bahía de Texas, años 50. Sara es el nombre artístico de Joy
Carruthers, una actriz, cabaretera, cuya vida cambia cuando encuentran el cadáver
decapitado de su padre, patrón del “Pinky Princess” (pequeño barco pesquero
especializado en la captura de gambas), y con el que apenas tenía relación, en
una playa.
Sara vive explotada por su
jefe, y tras una discusión, decide irse. La historia se complica, cuando su
jefe aparece muerto, asesinado por otra chica, y ella se convierte en objetivo
de una banda de explotadores, gánsteres peligrosos, que quieren recuperar una
caja de puros habanos desaparecida, y que creen que, Sara, podría tenerla.
Mientras, Sara se pregunta: ¿Quién habrá matado a “Santa” (su padre) y por qué?
El cómic tiene mucho de
thriller policiaco. El dibujo es una pasada, y peca de algunas viñetas
relativamente pequeñas, que hace que lectores ya de cierta edad, como yo, con
una presbicia galopante, tengamos que poner ojos asiáticos (más de los que ya
tengo) para enfocar bien. Es, francamente, ameno y entretenido. Al final del cómic, hay un dossier con opiniones, reflexiones y dibujos extras de la edición. Tiene su toque
de misterio y de suspense, y estoy deseando leer la segunda entrega.
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