En su búsqueda por
encontrar unas nuevas fuentes de energía, unos científicos la lían parda en 2031.
Un reactor cuántico mete un pedo astronómico, y en la resaca, la humanidad
descubre que los animales han evolucionado, mezclando sus partes orgánicas con
biónicas y convirtiéndose en seres terribles, armados hasta los dientes. Estos
seres: Cangrejos, ballenas… Se llaman BRAIS, y tienen diferentes ataques.
Leon Lau es uno de los científicos
que estaban al frente del reactor que petó. Después de estar condenado al
ostracismo durante años, vuelve a la única ciudad habitada, la ultra-amurallada
Neo Xianglong (reinada por una princesa con un problema de “sobrepechos”), a la
cual salva gracias a un robot biónico, llamado Hiperdrive, que tiene un
armamento y un poderío descomunal, y que se conecta a la mente del piloto,
haciendo que ambos sean un solo ser.
La serie tiene mucho de “Ataque
de Titanes”, la vieja “Gundman”, “Godzilla” en las nuevas versiones donde hay
varios monstruos antiguos animales pululando por el planeta, o cualquiera donde
tengáis un macro-monstruo enfrentándose a un robot (¿Power Rangers en su
versión clásica?), en un escenario apocalíptico donde domina la tecnología en
un fondo de sociedad clásica japonesa, con su arquitectura incluida. La
animación, en escenas de lucha, aúna imágenes reales o realizadas con
computadora con los clásicos dibujos.
“Last Hope” (2018) en su
primera temporada (amenaza con segunda en breve), trece episodios, a mi no me
ha aportado mucho, pero la dejo por aquí, por si a alguien le interesa…
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