Hace unos años tuve la
oportunidad de leer el cómic (descatalogado) de Paolo Cossi “Medz Yeghern: La
gran catástrofe” (2009). En este cómic se narraba, con desgarro y pesadumbre,
la gran tragedia que sufrió el pueblo armenio, durante la Primera Guerra
Mundial, por parte del Imperio Otomano al cual pertenecían.
Las matanzas y deportaciones
comenzaron mucho antes. El panislamismo turco asesinó, sin piedad ni
contemplaciones, a cerca de los 300.000 armenios entre 1894-97, por el simple
hecho de ser una minoría cristiana en territorio musulmán. Las crucifixiones, persecuciones,
deportaciones, fusilamientos y decapitaciones estaban al orden del día.
De una población total, aproximadamente de 2.100.000
armenios,, unos 700.000 fueron oficialmente asesinados, 600.000 “desaparecieron”
y poco más de 200.000 se convirtieron al Islam para evitar ser asesinados,
pasando a convertirse, igualmente, en ciudadanos de segunda, no asimilados.
“Sangre armenia” (1979-2009)
es un cómic, en blanco y negro, muy anterior al de Paolo Cossi, reeditado
varias veces en los últimos cuarenta años. Quizás por ello, es menos hiriente
en cuanto al dibujo y a la historia que narra. Aquí el guionista Guy Vidal nos
narra las peripecias de un fotógrafo norteamericano, que, en Turquía, se ve
envuelto con un pequeño grupúsculo de resistencia armenia para sobrevivir, y
huir, con pequeños ataques de guerrilla, de una muerte segura. Constatando la
falsedad de las grandes potencias europeas (Rusia, Alemania, Francia…) que
prefieren mirar para otro lado, en vez de ayudar a la minoría armenia a
salvarse de tu trágico final. El dibujo de Florenci Clavé (1936-1998) es
magnífico, un clásico historietista que conozco de las Selecciones Ilustradas y
de las viñetas de “El Papus”, y cuyo trabajo, y memoria, es para quitarse el
sombrero.
Hasta fecha de hoy, según
tengo entendido (corregidme, por favor, si me equivoco), el Gobierno de Turquía
aún no ha pedido perdón por aquella terrible masacre. Pero la memoria no olvida
aquellos días malditos del pueblo armenio.
2 comentarios:
No es que no haya pedido perdón,Andrés. Simplemente no reconoce el hecho, es decir que el genocidio y las matanzas no ocurrieron.
Mejor explicado, cierto.
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