Esta es una de esas reseñas que me da mucha pereza hacerla, porque vi
hace casi un par de semanas la Cuarta Temporada de “The Witcher”, y aunque es
verdad que no esperaba, en esta ocasión, mucho de la serie, después de dos años
de espera, tampoco esperaba que me dejara tan frío. Así que me he ido haciendo
un poco el remolón, lo he ido dejando, hasta que he tomado la iniciativa, y me
he dicho: Algo que habrá que decir, aunque ya hayan pasado dos semanas desde
que la viera…
Y es que el cambio de actor
principal, de Henry Cavill a Liam Hermsworth, que tiene menos chispa que el
mechero de un hippie, y el rollo que se ha gastado la narrativa, que está entre
una mezcolanza de “Juego de Tronos”, el “Hércules” de Kevin Sorbo, y hasta
“Xena, La Princesa Guerrera”, me ha parecido bastante infumable en al menos
cinco de sus ocho episodios, aunque al menos, en el último episodio acaban con
una pandilla de ratas infumable, que parecían la versión “Dragones y Mazmorras”
de la serie “Friends”, y cuyo tanto colorido textil, y verborrea estúpida, me
mareaba a cada instante. Y, lo peor es que falta una quinta y última temporada,
y tendré que verla, masoca soy.
A ver… Henry Cavill se creía
el personaje, el tipo estaba convencido de que él era Geralt de Rivia, y tú te lo
creías con él. Lo malo de Liam Hermsworth es que esos caretos que pone, no
sabes si es porque el tipo no se está enterando de nada de lo que sucede a su
alrededor, o es que es así como él interpreta un personaje que creo que le ha
venido grande.
Estrenada el pasado 30 de
octubre, lo bueno que ha tenido frente a la temporada anterior, es que no se
han enredado dividiendo la temporada en partes y nos la han servido en bandeja,
por lo que pude ver los ocho episodios en un par de tardes, y según veía uno tras
otro, algunos episodios me daban vergüenza ajena, otros tenían un grado de
pasable, pero todos en su conjunto parecían haber perdido la magia, o la
chispa, que si vi en las temporadas anteriores, a pesar de que también estas
eran un poco lío en su narrativa, pero al menos más coherentes y entretenidas
en las adaptaciones, en mi opinión, de los libros de Sapkowski. Esta temporada
adapta algunas partes de “Bautismo de Fuego” y “La Torre de la Golondrina”, y
sé que es difícil adaptar un libro, pero le falta chispa.
Los ocho capítulos tienen
una variación en cuanto a metrajes, que van desde los 48 hasta los 60 minutos,
siendo la más corta de todas las temporadas en cuanto a duración.
Y ahora viene lo bueno, al
parecer, y según algunas fuentes, Netflix invirtió alrededor de 221 millones de
dólares en la producción de la temporada 4, lo que equivale a aproximadamente
27 millones por episodio, pero desde luego lo invertido ha servido de poco para
lograr algo que enganche y que ilusione.
En total, Netflix lleva
gastados 720 millones de dólares en todo el conjunto de la serie, y aún le
falta la quinta temporada, que, sin haberse estrenado, ya me está dando
miedito. En esta nueva temporada, nuestros protagonistas siguen sin
encontrarse. A Geralt cada vez se le junta gente más rara, aparte del bardo
infumable al que nadie le da un buen tajo de una maldita vez, se le une una
arquera, un par de enanos bocazas, un vampiro (Regis) filósofo, boticario,
consejero y médico, prácticamente inmortal al que Cavill hubiera destripado, y
un antiguo enemigo del que prefiero no hablar, y del que pensaba que iba a dar
más juego.
Yennefer está envuelta en
una guerra entre brujos, hechiceros locos y hechiceras desquiciadas, magos y
todo lo que esté relacionado con la magia, y se tira ocho episodios reclutando
gente para defender su castillo de “Harry Potter”, o de “Montecalvo”.
Y Ciri se une a “Las
Ratas”, una pandilla multicolor, multicultural, multirracial y menos creíble
que un tren extremeño. Descubre su lesbianismo, lo cual no es nada malo, ojo,
pero es otra cosa que no me acabo de creer porque me parece forzado, y es que
la falta de química entre todos los actores es palpable, pero con estos “ratas”
más si cabe. Responden a estereotipos mil veces vistos, y acaban como tienen
que acabar, que es lo único bueno.
Por el lado bueno,
destacaría: El uso de animaciones para contar la historia de Regis, por
ejemplo, que hace referencia directamente al videojuego “The Witcher 3”, alguna
batallita que se la han currado, y poco más.
En definitiva: Tengo entendido que la Quinta Temporada se rodó junto a la Cuarta, y que la están limando en postproducción. Algunas webs españolas hablan de septiembre de 2026 para su estreno. Mucho tiene que cambiar la cosa para remontar el vuelo, pero yo me barrunto tremendo batacazo. Aparte del cambio de actor principal, creo que el detalle os lo he dado antes: Falta química, falta chispa, puede legar a entretenerte en algún episodio concreto, pero no me la creo como las anteriores temporadas, sobre todo las dos primeras, y veo muchos intentos por tomar referencias de otras franquicias, más allá de las adaptaciones de los libros. No sé, ojalá me equivoque. A esta temporada le voy a dar un 4, y a otra cosa.









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