El tándem entre el guionista Carlos Trillo y el dibujante Horacio Altuna
siempre trajo buenos cómics, buen material que, como los vinos, con el paso del
tiempo, han mejorado y que yo disfruto muchísimo. Son cómics, muchos de ellos,
que ya tienen varias décadas a las espaldas, y que ya hemos comentado por aquí
en alguna ocasión, como “El Último Recreo”, “Charlie Moon” o “New York Blues”,
por citaros algunos, que son una auténtica delicia, y cuyo disfrute en la
lectura está más que garantizado.
Siguiendo la senda de este
dúo, le ha llegado el turno a otra genial colaboración de los dos autores: “Las
Puertitas del Señor López”, un cómic publicado por Astiberri en 2021, de tapa
dura y 197 páginas, que recoge en una edición muy cuidada las aventuras y
desventuras de López.
López es un tipo
cualquiera, un administrativo, un oficinista que lleva una vida bastante
aburrida. Casado con una dominante mujer a la que no quiere, (ella tampoco lo
quiere a él), sus días pasan de casa a la oficina, donde tiene que aguantar
burlas, abusos laborales y el transcurrir de un trabajo que no le llena, y de
la oficina a casa, donde la presencia y comentarios de su mujer también lo
frustran.
Porque López es eso, un
personaje frustrado, tímido, cobarde, y con una grandísima imaginación que
vuela precisamente por encima de esa frustración, y donde intenta hacer
realidad sus deseos más profundos, pero ni por esas.
En parte, y salvando mucho
las distancias, podría recordar a “Alicia en el País de las Maravillas”. Alicia
trataba con sombrereros locos, conejos y liebres parlantes y despóticas Reinas.
López comienza en las primeras tiras, en sus
primeras historias, moviéndose por el surrealismo de mundos imaginados que se
abren ante él cuando abre una puerta, muchas veces la del baño, pero esas
puertas, según avanzamos en la narrativa que acompaña a López, se transforman
en deseos más palpables, muchos de ellos relacionados con el sexo, las mujeres
guapas y bonitas, las jóvenes inalcanzables, que no llega ni a palpar ni en sus
sueños, ya que el rechazo siempre está presente, a pesar de parecer otra cosa,
y López sale de su sopor entre el ridículo, la vergüenza, y la desidia de su
vida.
Hay una evolución fantástica en el personaje, que
va ganando en matices según pasan las viñetas, las páginas.
Las tiras cortas, humorísticas, surrealistas y picantes
rebosan de guiños para una sociedad como la argentina de los años setenta, que
bien podría valer igualmente para la española: Referencias cinematográficas, artísticas,
críticas a las dictaduras, o guiños históricos, como a la guerra o a Napoleón.
Las puertitas son todo una sorpresa, en la que
López acaba buscando una huida, una evasión de su realidad opresiva, y aún así,
ni sus deseos más profundos se cumplen, lo que da lugar al guiño humorístico,
aunque también hay mucho de tristeza en la insulsa vida de López.
Publicadas originalmente entre 1979-80, me ha
parecido una genial crítica contra la dictadura argentina en forma de relatos
cortos, donde muchas veces el personaje comunica mucho sin decir palabra. El
personaje se atosiga, se ahoga en la falta de libertades que constituyen su
vida a través de 38 relatos recopilados por Astiberri en una edición, como os
digo, fantástica.
El increíble dibujo de Altuna va evolucionando a lo
largo de las historias, y López se va sin decirnos adiós, y dejándonos una
reflexión brutal sobre la vida.
En definitiva: Un cómic que
he disfrutado muchísimo. Me ha hecho soltar alguna carcajada, pero también me
ha invitado a la reflexión, todos somos un poco López entre lo que pensamos, lo
que deseamos, y lo que finalmente hacemos o decimos.
Ni Trillo ni Altuna con su
dibujo, caen en la burla o en lo grotesco, creo que López es un transmisor de
la crítica social del momento, de las carencias que sufría la sociedad
argentina en ese momento concreto. Un cómic, desde luego, curioso y muy
recomendable, que me ha encantado.
Por cierto, López tuvo una adaptación cinematográfica en 1988, dirigida por Alberto Fischerman, que está bien entretenida y que tenéis disponible en Youtube. Hubiera sido imposible hacer en el 88 una versión fiel al cómic, pero la presentada, capta en mi opinión, bastante bien la esencia de López, su mensaje.











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