Rodada en Bulgaria, y con un
presupuesto de 4 millones de dólares (de los cuales, un millón lo aportó la
Academia de Cine Búlgara, por rodar en Sofía), “Alice” es una película
estadounidense de ciencia ficción, que en una hora y treinta y seis minutos de
metraje, te va a mezclar todo el género relacionado con “Robots que hacen lo
que les sale de la pera, directamente”, siendo lo más parecido a una mezcla
entre la fantástica “La Mano que mece la cuna” y “Terminator” en su versión
T-1000, aunque os podéis encontrar más guiños, sobre todo a la hora de saltarse
protocolos de seguridad para los humanos, y cosas parecidas, que ya vimos en
“Yo, Robot” o “Westworld”, por poneros un ejemplo…
Y es
que el tema de lo que pueden llegar a hacer los robots, las inteligencias
artificiales, y de como pueden quedarnos a los humanos en el Paro en los
próximos años, es algo que está muy en boga. Podrán hacer tareas de construcción,
cuidar niños, llevar una casa, e incluso, al parecer, hacerte “La Caidita de
Roma”…
“Alice” es una película predecible, que no te va a generar mayores tensiones, y que realmente no arriesga en ningún momento y que no creo que tenga más pretensiones que la de entretener, ya que no se mete en temas ético ni filosóficos, y si ya has visto películas de Ciencia Ficción por el estilo, esta no te va a añadir nada nuevo realmente a lo que ya hayas visto varias miles de veces… De hecho, la película no tuvo una gran acogida, y hasta donde yo sé, solo recaudó medio millón de dólares en todo el mundo, saliendo pronto en plataformas para intentar remontar el vuelo…
¿Qué te
vas a encontrar en la narrativa de “Alice”? La película no especifica desde el
principio si estamos en un futuro cercano, lejano, o en una sociedad distópica,
que se parece mucho a la nuestra, pero con la particularidad de que la robótica
ha avanzado tantísimo que los robots, con aspecto humano, comparten la vida
diaria con sus propietarios en diversas tareas: Servir en bares, trabajar como
obreros de la construcción, cuidar niños o llevar una casa entera.
Nick es un capataz de la construcción que ve como de la noche a la mañana su mundo cambia drásticamente. Su señora esposa, Maggie sufre un problema de corazón y necesita descansar y operarse más pronto que tarde, o si no su vida correrá peligro. Con Maggie en el Hospital, Nick y su hija Isla van a una Feria de ventas robóticas, aspiradoras y coches de segunda mano, (pero sin Antonio Lobato, allí hay de todo lo que puedas encontrar en el Mercado Tecnológico), y por cuatro leuros se traen a casa a Megan Fox, que está de capa caída… Digo, a Alice, una eficiente androide, que viste lencería fina, luce tipazo, y lo mismo te cuida a los nenes que te hace una tortilla de patatas pocha e incomestible. Viene con Windows 13 de fábrica, y tiene siete veces más fuerza que tú. Además, en su Base de Datos tiene programado aprender rápido, hacerle la caidita de Roma al jefe en cuanto vea campo abierto, y eliminar cualquier amenaza que pueda poner en peligro a Nick, que es el único propietario de la muñeca parlante, y quizás por ahí comiencen los problemas… Y cuando digo amenaza, me refiero incluso a la familia, amigos o compañeros de trabajo, todo lo que interponga entre la androide Megan Fox y su propietario.
En
definitiva: No os voy a engañar, la película es mala… Y con unas actuaciones
más o menos mediocres. Megan Fox hace de ella misma, como suele ser habitual en
ella, aunque cuela como androide fría, seductora y despiadada. Michele Morrone
es un cantante italiano, modelo, metido a actor y con poca experiencia
cinematográfica, ha hecho cine fundamentalmente en Italia y Polonia, aunque
aquí más o menos se defiende. Y Madeline Zima, que es la que hace de Maggie es
la única que lleva mil años haciendo absolutamente de todo en cine y
televisión, normalmente de secundaria, y a la que más se le notan las tablas a
la hora de actuar.
Ahora
bien, si lo que quieres es pasar una tarde con pipas, palomitas o lo que se
tercie, y desconectar la CPU (nunca mejor dicho) absolutamente de todo… Esta
podría ser tu película. No da para reflexiones más allá de por qué una androide
cuya programación está realizada en MS-DOS viste lencería fina, pero ahí queda.
¿De nota? Le voy a dar un 4,5, por no aportarme nada nuevo… Y la dejo a vuestra entera elección. Por cierto… El director en alguna entrevista ha comentado en hacer una posible secuela, y el final da pie a ello, y es que esto de trabajar con Megan Fox al parecer le gusta, allá él y sus circunstancias…
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