De
entrada “Lubianka. La noche que no conoce el alba” (Norma, 2023) de Pablo
Auladell (dibujo), y Felipe Hernández Cava (guion), me ha parecido un cómic
valiente, algo extraño en el panorama comiquero nacional actual, y por ello
digno de mención y una lectura muy a tener en cuenta.
La
narrativa se centra en Moscú, en el año 1934. La URSS es un país tétrico, donde
faltan las libertades, el pueblo está sojuzgado y se persiguen las ideas disidentes,
reales o no, eso da igual, eliminando a antiguos y fervientes defensores del
nuevo régimen surgido de la Revolución de 1917 y de las ideas de Lenin, que
ahora caen torturados en cárceles y en cuarteles generales de la NKVD, la
futura KGB, como en de la Lubianka, donde el silencio es roto por las torturas,
los golpes y palizas que dan los guardias a los detenidos, para sacarles
confesiones verdaderas o falsa, eso da igual, que los llevará a un pelotón de
fusilamiento.
El
suboficial Volodia Gubin, un tipo mediocre, frío y calculador, destruye sistemáticamente,
día a tras día, el cuerpo y la mente de un gran poeta soviético y judío, del
cual se hizo amigo, para traicionarlo con falsas acusaciones: Evgueni Petróvich
Gógoliev, al cual tiene una envidia increíble, deseando todo lo que tiene el
autor, desde su arte para crear poesía, hasta su esposa Alevtina, a la cual
desea desde el primer momento en que la vio.
Su único
deseo es acabar con el poeta en todos los planos, e intentar conseguir a su
esposa, embarazada, a la que intenta engañar con falsas cartas desde Siberia,
cuando el mismo Volodia fue el brazo ejecutor de su marido, mientras espera que
esa amistad se transforme en amor hacia él.
Con un
interesantísimo prólogo de la escritora, traductora y eslavista Marta Rebón, “Lubianka”
es un cómic de tapa dura, de 146 páginas que pone los pelos de punta. Como os
decía antes, me ha parecido, ante todo, un cómic valiente, necesario y muy útil
para comprender uno de los periodos más siniestros del S.XX, y posiblemente de
la Historia de la Humanidad, donde la deshumanización campó a sus anchas y el
terror estaba justificado y apoyado por las más infames torturas.
Cada
capítulo se abre con unas palabras del escritor Andrei Zhdánov, otro tétrico
personaje, formuladas en 17 de agosto de 1934 en su discurso al Primer Congreso
de Escritores Soviéticos, con cuya nueva aparición, una bandada cada vez más
numerosa de pájaros, parece querer poner fin. Muchas, muchas gracias a los dos
autores, por hacer posible un cómic como “Lubianka”.
Lo dicho: Recomendable, no. Lo siguiente, imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario