Reconozco
que hasta que no recibí este cómic en casa, no había oído hablar de Melchor
Rodríguez García, el llamado “Ángel Rojo”.
Cómic
fuera de las colecciones habituales a las que me tiene acostumbrado la
fantástica Editorial Cascaborra, como el de “Biografías” e “Historia de España
en viñetas”, la portada me llamó la atención al ver al personaje dibujar una
ventana, por donde entra la luz, en lo que parece una celda.
Justo
debajo del título: Marina Cochet, al dibujo, de la que no tengo referencias
hasta la fecha, porque no había visto nada suyo hasta ahora. Y Rafael Jiménez
Sánchez, guionista, muy prolífico en Cascaborra, y cuyos cómics me gustan
mucho, y del que tengo: “Los Cien Mil hijos de San Luís”, “Imperio Argentina”,
“Clara Campoamor”, “Pavía” y editado por “Carmona en viñetas”, el muy
interesante “Nôrdumani”, que se adentra en la presencia vikinga en la Sevilla
musulmana entre los S.IX y X.
En
cuanto al cómic “El Ángel Rojo”, se trata de un cómic de 62 páginas, tapa dura,
buen dibujo de Marina, que nos cuenta la historia de Melchor Rodríguez García:
Republicano, anarquista convencido hasta la médula, antiguo novillero, que
durante la Guerra Civil ocupó el cargo de máximo responsable de las cárceles de
Madrid, concejal de Cementerios del Ayuntamiento de Madrid, y a la postre, le
tocó ejercer como el último alcalde republicano que entregaría la ciudad a las
fuerzas franquistas en su entrada en la capital.
Desde
el principio de la Guerra se enfrentó a propios y extraños, poniendo su propia
vida en peligro ante los comunistas y sus propios camaradas anarquistas, que no
entendían su posición frente al enemigo, para evitar las sacas y paseos, las
torturas por parte de las checas y las muertes sin sentido, salvando la vida de
muchísimas personas, miles según el cómic, que después reconocerían su labor
humanitaria. Tras la Guerra cumplió cinco de los veinte años que le cayeron.
El cómic, lejos de ensalzar bandos e ideologías, se muestra en todo momento objetivo, en mi opinión, mostrando la barbarie que se ejercía del lado republicano, las miserias de la guerra y de las ideologías llevadas al extremo. Creo que es un cómic valiente, y que hay que verlo como el testimonio de uno de los protagonistas de la Guerra Civil, y no buscarle vueltas allá donde no las hay.
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