“La Tumba de Drácula. ¡Blade, el cazavampiros!” (Panini, 2020) es el segundo tomo de la mítica colección que ha sacado Panini en los últimos meses de 2020 y que consta de diez volúmenes.
Con guion de Marv Wolfman y dibujo de Gene Colan (que es una auténtica maravilla), tiene el interés de que en este tomo vamos a ver la aparición de un personaje, Blade, cazador de vampiros, al que Drácula mató a su madre, y que con el tiempo, llegaría a ser uno más dentro del famoso grupo marveliano de “Los Vengadores” durante un tiempo, aparte de que tuvo su aparición cinematográfica en tres películas protagonizadas por Wesley Snipes hace poco más de veinte años.
El conde, que en este tomo tiene, a ratos, hasta cierto aspecto justiciero, sigue haciendo de las suyas, intentando crear un ejército vampírico. Por primera vez, igualmente, a la par que el mediocre grupo de Harker que lo persigue, y el mencionado Blade, se le unen otros enemigos paranormales a transilvano conde, como un difunto mal enterrado, y se hace menciones a hombres-lobo, adelantando lo que vaya a venir en tomos futuros…
Personalmente, la colección me gusta mucho, porque tuve algunos de estos cómics que integran la colección, hace cuarenta años en grapa, y creo que es una buena oportunidad de releerlos y recordarlos. Ahora, el único “pero” que le pongo, y no es culpa de la editorial (ni de nadie concreto) es que en algunas historias se hacen referencias a hechos o episodios ocurridos en la edición paralela, en su día, a esta “La Tumba de Drácula” llamada “Drácula Lives!”, también de los setenta, y te puedes encontrar viñetas en las que ponga: “Tal como se vio en el número X de “Drácula Lives!...”, y ahí, amigo, resulta que te has perdido parte de la información que se aportaría al episodio o capítulo que estás leyendo...
¿Esto afecta a la calidad del cómic? Desde luego que no, aunque la narrativa puede llegar a parecerte a ratos caótica. No es criticar, es referir. El cómic lo vas a disfrutar muchísimo, porque tiene acción, tiene ese clasicismo de los cómics setenteros que viejunos (como yo) disfrutábamos como enanos, y el fantástico dibujo de Gene Colan.
P.D: Tiene un par de páginas extras al final del tomo, bocetos de las portadas mostradas en el cómic, en blanco y negro.
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