“Drácula” lleva un par de años de moda. Los seguidores del terrorífico conde rumano de afilados colmillos, estamos felicitándonos, ya que a la aparición de la versión manga en 2020, por parte de Norma, se le ha sumado la reedición de “La Tumba de Drácula” (2020) por parte de Panini, que va por su quinto tomo cuando escribo estas líneas, sin olvidad la mini-serie británica (que a mí no me gustó casi nada), que emitió Netflix hace ya unos meses…
“Drácula de Bram Stoker” (Norma, 2018), quizás fue quien abrió la veda de la vuelta del más icónico de los vampiros, junto al interesante Nosferatu. No en vano, en 1992 se estrenó su versión cinematográfica (Francis Ford Coppola), que fue un exitazo brutal, pero del cómic no hemos podido disfrutar hasta unos pocos años después (en mi caso, casi treinta) ya que enseguida se vendió y comenzaron los problemas legales para su reproducción. Y por ello, cuando lo he tenido en mis manos, me ha parecido una pequeña joya, una buena adaptación de la película de Coppola, con guion de Roy Thomas, Mike Mignola a los lápices, tintas de John Nuberg (que en este cómic son básicas, muy expresivas, muy narrativas) y color de Mark Chiarello. Un equipazo de lujo (en mi modesta opinión).
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