El decimocuarto tomo de “One
Punch-Man” se titula “El límite de la desesperación” (Ivrea, 2017) de One
(guion) y Yusuke Murata (dibujo). En la narrativa es uno, efectivamente, de los
más desesperantes, como bien dice su título, ya que Saitama no aparece hasta el
final de la historia, y además “in extremis”.
El torneo de artes marciales ha concluido. Algunos participantes caen en la tentación de comer “células de monstruo” para hacerse más fuertes. Los participantes apenas pueden con las acometidas de los monstruos, y de los recién convertidos, antiguos participantes del torneo.
A pesar de plantar una resistencia tenaz, todos son derrotados, y solo Suiryuu se mantiene hasta el final, hasta que es prácticamente destrozado física y moralmente. En lo que cree que son sus segundos finales con vida, clama ayuda a los héroes, a aquellos en los que no cree, y de los que siempre se ha burlado. Y de entre todos ellos, uno, calvo y con capa, escucha su suplica y acude a su llamada de auxilio.Este es, posiblemente, el único tomo, que, de momento, me ha llegado a poner los pelos de punta, y en el que los “buenos” han sufrido de lo lindo. Eso sí, con las últimas seis páginas, las carcajadas están más que garantizadas.
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