“Operación Chromite”
(2016) es una película bélica surcoreana, basada en la Guerra de Corea
(1950-1953), que me ha parecido bastante aceptable en su desarrollo y
planteamiento. Aparte de que con casi dos horas de duración, os podéis imaginar
que hubiera funcionado igual con media hora menos, tenemos una historia basada
en hechos reales, en la que un grupo de espías surcoreano se arriesgará para
hacerse con un mapa, un plano con la localización de las minas de la playa y
río cercano a la ciudad de Incheon por parte de tropas de 16 países.
El general encargado de
dicha operación fue MacArthur, que en la película es un poco creíble Liam
Neeson, que aparece un tanto forzado. Los surcoreanos, lejos de esquivar balas
como podría ser en una película de por estilo con firma yanqui, aquí se llevan
hostias y tiros hasta en el carnet de identidad.
La cinta tiene unas pocas
escenas de acción muy bien conseguidas, mientras que falla en los efectos
especiales basados en un “croma” muy malo o muy mal conseguido. Los últimos
cuarenta minutos de película, aparte de mantener la ficción de algunos
personajes (bastante estereotipados por otra parte) y sus relaciones entre
ellos, intenta mantenerse lo más fiel posible (a través de la consabida “voz en
off”) a los hechos acontecidos, casi por hora y por días. La escena del
desembarco y los combates finales no es de lo mejor de la película, pero da una
idea, lejos de la consabida propaganda surcoreana, de lo importante que fue
esta batalla para los intereses de la ONU, Estados Unidos y la propia Corea del
Sur.
En los minutos finales, aparece la foto del verdadero comando surcoreano, y se le dedica unas sentidas palabras de homenaje. En fin, te gustará si estás interesado en el cine bélico, como es mi caso…
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