Seguramente, en los últimos
meses, habrás oído decir que “The Mandalorian” (2019) es una serie increíble,
una auténtica gozada, de las mejores de los últimos tiempos… ¿Y sabes qué? Que
quién dice eso, tiene razón.
“The Mandalorian” (2019) ha
traído algo de aire fresco, y ha puesto sobre la mesa como, con un guion
sencillo, y algunos guiños al espectador, se puede conseguir algo tremendo,
superando a muchas de las series que se han estrenado en la parrilla en los
últimos meses.
¿Qué tiene “The Mandalorian”? Pues
tiene que es como una continuación de “El Retorno del Jedi”. Los hechos, la
acción, se desarrolla unos siete u ocho años de dicha película. Darth Vader ha
muerto. Y el Imperio se ha desmoronado en gran parte, pero no está, ni mucho
menos derrotado, ya que aún tiene en su poder un gran número de planetas.
Intenta recomponerse y hacerle frente a la Nueva República.
“Mando” o Din Djarin, es un
mandaloriano, un miembro de una antigua secta o credo de cazarrecompensas (con pinta
del mítico Boba Fett), un antihéroe con un pasado trágico, que sobrevive a base
de cazar criminales. Con lo que saca de su trabajo, va mejorando su equipo, su
armadura, sus armas. Un día recibe un encargo, que lo vincula con el mismísimo
Imperio. Se trata de hacerse con un bebé, de la misma raza que Yoda (la afición
lo ha llamado “Baby Yoda”), una misión difícil que Mando lleva a cabo con algo
de ayuda. La diferencia con los anteriores trabajos, reside en que, esta vez,
hipnotizado por el bebé, no lo entregará a su destinatario (el Imperio), y
huirá con él, ya que descubre que el bebé tiene conexión con la Fuerza (aunque
él aún no sabe explicarlo), y porque le ha salvado la vida.
Entonces, todo se vuelve huida
y persecución, por parte de otros cazarrecompensas y el Imperio, encontrándose
más enemigos que amigos, hasta un final de temporada trepidante, que nos deja
huérfanos durante ocho o nueve meses, para seguir disfrutando de esta gran
serie.
Desde el primer episodio, me
ha parecido estar viendo una película del oeste, un western, con un pistolero
solitario, rápido con el blaster, y enigmático tras un casco que nunca se quita
(hasta el último episodio). Las referencias a películas de pistoleros son
tangibles (la música es la repera). La aparición de Baby Yoda (que yo creo,
estoy convencido, es un sith) ha desbordado la locura del personal, ya que es
un enigma verde con orejas grandes, y todo gira en torno a él. Han conseguido
rescatar la verdadera esencia de Star Wars, lejos afortunadamente, de los
trullos que nos están colando últimamente, como “El
ascenso de Skywalker” que no hay quién lo coja por ninguna parte, y
que roza (en mi opinión) el disparate.
La serie es tan buena, tan
recomendable, tan llena de guiños y referencias, y con un episodio final de
temporada tan bueno, que estoy dispuesto a tragármela nuevamente, en cuanto
tenga un rato, y es que sus ocho episodios se disfrutan una barbaridad.
Efectivamente amigos, “The Mandalorian” (2019) es de lo mejor que hemos visto
en bastante tiempo.
2 comentarios:
La acabo de ver y me ha gustado mucho. Tiene el espíritu y la esencia de Star Wars, pero es más seria y madura. Ese punto de western y de película bélica que sólo habíamos visto antes en Rogue One, lo bordan en la serie. El toque "infantil" lo pone el pequeñajo verde, aunque también es un poco cabroncete jeje. No sé si ha sido casualidad o detrás hay un sesudo estudio de merchandising, pero hacía tiempo que no veía un bicho tan salao jeje.
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