Durante una semana y
media, me he tragado una mini-serie, de diez capítulos, algo antigua, que yo no
conocía: “Abducidos” (2002), que viene con la firma de Steven Spielberg, y con
la dirección de algunos directores, demasiados en mi opinión.
“Abducidos” tiene mucho
de dramón, y de serial de las cuatro de la tarde. Música Spielberiana, guiños
al propio Spielberg con alusiones a ET, Encuentros en la Tercera Fase y nenes
con bicicletas, nos encontramos ante el caso de tres familias: Keys, Crawford y
Clarke, que, desde los años cuarenta, hasta ayer por la noche, sufren una serie
de abducciones, relacionados con el Caso Roswell, en el que los militares se
hacen con una nave extraterrestre.
Los extraterrestres
experimentan con ellos, los putean, les hacen ver TeleCinco (Sálvame y Gran
Hermano), aunque se supone que no quieren hacerles daño. En diez capítulos, de
una hora veinticinco minutos cada uno de ellos, se nos muestra a los
extraterrestres como los típicos Grises, que solo abducen a ciudadanos
norteamericanos, ya que desconocen (los extraterrestres) que haya más países
más allá de los USA, y esto lo remedian abduciendo a algunos por ahí sueltos,
pero no muchos, que para eso no son de Wisconsin.
Una voz en off, la de
Allie, que va narrando la historia, se hace insufrible. Allie es el experimento
final de los Grises, el culmen de sus experimentos, por el que los militares y
medio planeta, suspiran. Los efectos especiales son regulares, y “Abducidos” es,
a grandes rasgos, un culebrón de mucho cuidado. No todos los episodios muestran
el mismo interés, en eso se nota la dirección de cada uno de los mil directores
que están por ahí, pero está entretenida.
P.D: ¿Sabéis eso que os
digo que a casi todas las películas le sobran treinta minutos de media? A esta
serie le sobran cinco capítulos, o que dividieran la serie en dos temporadas.
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