Hoy hemos ido a ver “Dora
y la ciudad perdida” (2019), ¿En serio?, y tanto. Y es que “Dora y la ciudad
perdida” me ha sorprendido, gratamente, desde el minuto uno de la película. El
gran acierto en sus ciento cuarenta minutos es, sin duda alguna, que se
autoparodia, constantemente. Y, partiendo de la capacidad de reírse de uno
mismo, pues creo que el éxito lo tiene asegurado.
El papel de Dora lo borda
Isabela Moner (de aquella serie de hace cinco o seis años, “Cien cosas que
hacer antes de ir al instituto”). Primero nos encontramos a una Dora niña, que
juega con su primo Diego, con una desbordante imaginación. Y, posteriormente,
nos encontramos a una Dora adolescente, que, enviada a Estados Unidos a
estudiar, no acaba de encontrar su lugar entre las personas, debido, entre
otras cosas, a su extremado Positivismo, que pone de los nervios al personal.
Un secuestro casi
fortuito, llevará a Dora, a Diego y a dos compañeros de instituto, a la selva
peruana, donde, aparte de sobrevivir, tendrán que buscar a los padres desaparecidos
de Dora, arqueólogos que buscan una ciudad mítica inca, repleta de oro.
Como digo. La película está
llena de parodias. Danny Trejo en la voz de Botas, y Benicio del Toro como Swiper
(aunque aquí solo lo llaman “Zorro”). Dora, al igual que Deadpool, rompe la
cuarta pared en un par de ocasiones, lo cual, hace igualmente en su serie de
dibujos animados. Y, yo, personalmente me he reído mucho, casi más que mi hija,
viendo esta película.
P.D: Hay una escena,
donde copian la parodia que hizo hace unos años TV Aragón (Oregon TV), sobre la
capacidad de Dora de hablar con el espectador y romper la cuarta pared. Requetebuena.
Desternillante.
1 comentario:
Bueno, pues la tenía descartada, pero tras la lectura de tu crítica tendré que ir a verla...
Por cierto, la serie "100 cosas que hacer..." sigue en pantalla.
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