Tanto Eva, como Candi,
dos buenas amigas que saben de lo que hablan, cuando hablan de series (y de
otras cosas), me habían insistido mucho, muchísimo, en que tenía que ver “The
Leftovers” (2014-2017), ya que la serie les parecía “la leche”. Tengo que reconocer
que, cuando vi el primer episodio de la Primera Temporada, me dije en voz alta:
“Coño, este es el Chasquido de Thanos”. Un buen día, un día normal (un 14 de
octubre), desaparece un 2% de la población normal, así, sin más, y nadie sabe dónde
carajo han ido a parar… ¿Están muertos, están en otra dimensión, dónde están?
La historia, entonces,
empieza a centrarse, episodio tras episodio, en cada uno de los personajes principales
que vive en la ficticia ciudad de Mapleton (Nueva York). Como llevan, cada uno
de ellos, la desaparición de sus conocidos y de sus seres queridos, haciendo
hincapié en el Jefe de Policía, Kevin Garvey Jr, que, como su padre, el antiguo
Jefe de Policía, se está volviendo “medio tarumba”, ya que tiene sueños muy
reales, visiones, apariciones y cosas parecidas. Su mujer, se ha metido en una
curiosa secta, llamada “Remanente Culpable”, que son unos tipos que visten de
blanco, no hablan, fuman compulsivamente, y espían a los vecinos. Su hija,
Jill, que está muy perdida en la vida, típica adolescente. Matt, un reverendo,
que quiere intentar entender cómo es posible que él no fuera “ascendido” (es
uno de mis personajes favoritos). La hermana de Matt, Nora, una mujer (otro de
mis personajes favoritos) que ha perdido a su familia entera y que acabará
siendo pareja de Kevin …
Poco a poco, me fui
enganchando a la serie, tanto que, la seguí en la Segunda Temporada, donde dan
un salto de localización a Miracle (Texas), pueblo donde nadie desapareció en
día de la “Ascensión o desaparición” (14 de octubre), y donde entran en juego
nuevos personajes, y persisten, en mi opinión, los más interesantes de la
Primera Temporada.
La serie da muchos
saltos en el tiempo (más, quizás, en la Segunda Temporada, donde se centran en
un personaje concreto, y todo transcurre alrededor, y en la Primera la
narrativa era más lineal), pero no, desde luego, como la alemana “Dark”, (de la
que ya hablamos hace un tiempo por aquí de ella, y cuya Segunda Temporada ya ha
finalizado, pero aún no he tenido tiempo de ver). Me gusta porque tiene muchos
guiños, relaciones entre hechos y personajes, y está muy bien hilvanada, a
pesar de que hay situaciones y acontecimientos que no llegan a ser totalmente
aclarados. El final de la Segunda Temporada es de los que quitan el hipo (y te
dejan con el culete torcioh). La música es otro acierto de la serie: Metallica,
entre otros, me sorprendió en la Primera Temporada, pero es bastante ecléctica
(desde country hasta clásica).
Con la Tercera
Temporada, la narrativa vuelve a dar un giro, más radical. “Remanente Culpable”
ha desaparecido después de que les cayera una bomba de un dron, que los fulminó
a todos. Han pasado tres años (siete de la desaparición), y nuestros
protagonistas son amos y señores del cotarro en Miracle (Jarden, Texas), pero
pronto comienzan a complicarse la vida, y gran parte de la historia se
desarrolla en Australia, mientras se dan vueltas y más vueltas sobre teorías
nuevas y viejas… Y, con un final, en el que te dices: Oh, sí todo era… Amor.
En fin. Una serie, que,
o la odias, o te encanta. Es rara de narices, con cambios de parejas extraños,
idas de pinzas, visiones, varios fines del Mundo, nuevos Mesías con sus locos
discípulos… Yo que sé, de todo. A mí me ha gustado, por aquí lo dejo…
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