Una tarde lluviosa de
viernes es ideal para alquilar “Ralph rompe Internet” (2018), la secuela de “Rompe
Ralph” (2012), que tuvo, creo, más éxito del esperado, y que, en su día, no
divirtió mucho en casa, al ver casi desde el principio referencias estupendas
para aquellos que vivimos las salas recreativas de los años ochenta y noventa,
finiquitadas tras la llegada de internet a nuestros hogares y a nuestras vidas.
Si en “Rompe Ralph” se
nos presentaban los personajes, protagonizados por un malo de un juego clásico
que no quiere ser malo, y por una princesa piloto de un mundo de chuches, que
se ve condenada al ostracismo de su juego, aquí la cosa cambia…
“Sugar Rush”, el juego
de la dulce Vanellope, ha sufrido la rotura del volante de la máquina
recreativa. Como la empresa que lo creó, quebró hace unos años, la única
esperanza que hay ante la inminente desaparición de la máquina del salón de
recreativas es hacerse con un volante nuevo (o seminuevo) en el desconocido
mundo de Internet.
La misión de Ralph y
Vanellope será hacerse con uno en eBay, pero la cosa no es tan sencilla, como
os podréis imaginar…
Esta película cierra el círculo,
ya que no habrá supuestamente más continuaciones de las aventuras de Ralph (O
eso creo mientras escribo estas líneas), y es una pena, ya que la película va
de guiño en guiño, de gag en gag, y creo que es de las cintas de las que no esperas
mucho, pero que finalmente te entretienen de principio a fin. Algunas de sus
escenas son, simplemente, geniales, te tienes que reír, sobre todo con el papel
de las princesas Disney, que son bastante peculiares. Ideal si tienes más de
cuarenta años y eres un amante de aquellas viejas arcade de cinco duros.
P.D: Hay una pequeña
escena post-créditos, tras los veinte minutos de… Créditos.
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo... Además, te da una visión general del funcionamiento de la red que es bastante clarificafora...por ejemplo, sin hacer spoiler, lo del tema de las subastas y la publicidad... Me gustó bastante.
Publicar un comentario