“El cuento de una rata
mala” (Astiberri, 2013) de Bryan Talbot, me lo leí hace (casi) treinta años, prestado
por un compañero de facultad que estudiaba filología. Se lo había traído de
Londres, junto a un saco de libros, cómics y diferentes publicaciones en inglés
(también muchos fanzines, que por mis lares eran casi desconocidos, y que
llamaban mucho la atención), tras un par de semanas por allí.
Con mi inglés
macarrónico, y con un diccionario bilingüe en la mano, me lo leí, y releí en un
par de tardes. Me pareció una perturbadora maravilla.
Es la historia de una
joven. Helen Potter, que se ve mendigando por las calles de Londres, tras haber
huido de su casa. Sola, con la única compañía de una rata domesticada, que
escucha sin chistar sus continuas pláticas y la historia de su vida. Una vida
con una madre que no la quiere, y con un padre, al cual adoraba, pero que un mal
día comienza a abusar sexualmente de ella.
Una vida rota desde la
infancia. Tristemente. Y la búsqueda por encontrarse a sí misma, a enfrentarse
a su futuro, y a encontrar la Paz interior que tantísimo necesita, y desea.
Creo que es un clásico
de los cómics. Bryan Talbot supo ver, y reflejar magistralmente, una problemática
a la cual la sociedad no está preparada. Fue un cómic valiente hace (casi)
treinta años, y lo sigue siendo hoy en día. Es un autor muy interesante, y hace
un tiempo le dediqué por aquí una entrada a su cómic “La
virgen roja”. Es una de esas lecturas imprescindibles, ganadora Premio Eisner
a la mejor novela gráfica de 1995, y con un excelente y revelador prólogo de
Neil Gaiman. No puedes perderte “El cuento de una rata mala”.
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