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jueves, 27 de noviembre de 2025

Black Phone 2 (2025)

 

La buena, exitosa historia que nos planteaba la película “Black Phone”, y la recaudación millonaria que obtuvo, que eso también tiene mucho que ver, trajeron durante este 2025 una segunda película de una saga que va camino de convertirse en saga como siga así la cosa.

“Black Phone 2”, dirigida nuevamente por Scott Derrickson y coescrita con C. Robert Cargill tiene un metraje ligeramente más largo que la primera parte, cose muy bien con la primera parte (hay muchos guiños a la primera película, tanto en frases como en acontecimientos), y el rollo sobrenatural telefónico se multiplica por tres, pero está muy bien porque profundiza en las secuelas traumáticas de los acontecimientos de la primera película en los dos hermanos que la protagonizaron, Finney y Gwen Blake, a través de un nuevo escenario, cuatro años después, en 1982, y con un campamento en Las Montañas Rocosas como escenario.


Pensábamos que nuestro villano estaba muerto y enterrado, pero no, vuelve del más allá, y lo hace en parte con un rollo que me ha recordado a Freddy Krugger y su manía por aparecer en sueños, o más bien, pesadillas.

    “Black Phone 2”, al igual que su predecesora, lo volvió a petar en cuanto a recaudación. Con un presupuesto de 30 millones de dólares, la recaudación mundial ascendió a los 131 millones de dólares, algo menor que la primera película, que con un presupuesto de 16-18 millones logró 162, pero aún así es una buena cifra, ¿no creéis?


En cuanto a la narrativa, como os digo, se sitúa cuatro años después de la primera película. Finney Blake es el único superviviente del asesino en serie conocido como “The Grabber” (que vuelve a estar interpretado por Ethan Hawke), y que en esta ocasión va a tener un buen puñado de escenas de acción al contrario que en la primera parte, que era más estático. Finney vive marcado por los acontecimientos, y suele ser señalado por ello.

De repente, Gwen, que vivía una vida más o menos tranquila, vuelve a tener visiones y sueños inquietantes que le muestran asesinatos antiguos de chavales jóvenes, enlazados con un campamento de invierno llamado Alpine Lake Camp, donde su madre (que creíamos muerta en circunstancias misteriosas) había trabajado como monitora.

Deciden entonces Finney, Gwen y su amigo Ernesto (hermano de una víctima del Grabber, Robin Arellano) viajar al campamento, con una buena nevada mediante, y al llegar, los sucesos paranormales comienzan a repetirse, y a intensificarse.


Allí descubren que hay una serie de almas en pena que no han encontrado la paz tras la muerte, y los que se les ha juntado el propio Grabber que busca venganza, atacando, sobre todo, e insistentemente en esta ocasión a Gwen, que es la que tiene los poderes de las visiones y los sueños, aunque pronto van a encontrar en las almas telefónicas, una ayuda inesperada y vital para acabar una vez más con Grabber en una batalla épica, singular y sin igual…

 En esta ocasión, pues, el peso protagonista bascula más hacia Gwen que hacia Finney, y aunque él repite el rol de ser el interpelado en las llamadas telefónicas, ella podría decirse que lo adelanta en los quehaceres sobrenaturales. Importantes las apariciones breves y estelares del hermano de Grabber y su clásica hacha embutida en el cráneo, y el papá Blake, que parece haber dejado el alcohol. 


    Entre las curiosidades, os puedo contar que “Black Phone 2” utiliza dos formatos diferentes en su filmación, principalmente para que diferenciemos cuando estamos en un sueño o visión, y cuando estamos viviendo la realidad: Por un lado, filmación en Super 8 con grano grueso para sueños y visiones, muy rollo de tipo “Stranger Things”; Por otro lado, en digital SONY VENICE 2 en 8.6K de alta resolución para la realidad. Por cierto, buscad precios de estas cámaras de alta resolución, lo vais a flipar.

El rodaje principal comenzó en Toronto y alrededores (Ontario, Canadá) en noviembre de 2024, bajo el título y finalizó en enero de 2025. Según algunas webs, se manejó el título de “Mysterium” para esta secuela, pero se desestimó.

El actor Miguel Mora, que en la primera parte interpretaba a Robin Arellano (una de las víctimas del Grabber), en esta secuela retorna como Ernesto (el hermano de Robin). Un giro curioso que incorpora continuidad de personajes en roles distintos. A mi me ha parecido una de las cosas más curiosas de la película, esta reutilización descarada de actores en otros roles. Ojo, no es criticar, es referir. Por cierto, no conozco más películas de este actor.


        Haciendo una breve comparativa con la primera parte: En la primera película, como os decía, el foco era Finney Blake como joven de 13 años capturado por el Grabber, encerrado en un sótano insonorizado, que utiliza un teléfono negro para comunicarse con las víctimas anteriores del asesino, algunos de ellos amigos y conocidos. No era un terror de sustos ni de chillidos, era un terror claustrofóbico, centrado en un solo escenario y un solo eje: Escapar.

        Ahora, en esta segunda parte, se amplía el escenario —pasamos de la casa/sótano al campamento aislado, el lago helado, la nevada— y el conflicto ya no es solo escapar, sino curar heridas, afrontar el trauma, proteger al hermano/hermana y cerrar un ciclo. Aquí se abre más la narrativa en ese aspecto, pero también es más densa.


        En cuanto a tono: la primera apuesta más por el terror clásico y la tensión con pocos elementos sobrenaturales añadidos, las llamadas de teléfono; la segunda entra con más visuales de terror sobrenatural, sueños, visiones, poderes de los espíritus, lo que la hace algo más ambiciosa, más increíble, y busca con más descaro el impacto visual y emocional en el espectador.

    La edad de los protagonistas, que sean más mayores, su evolución, y el giro hacía una Gwen que toma el relevo de su hermano en la lucha contra Grabber, es algo que añade madurez a la película, aunque no estoy seguro que guste en su computo total a los espectadores. El final, por cierto, es bastante emotivo, con una última llamada de teléfono en la que es ella la que atiende a dicha llamada.


De nota, le voy a dar un 5,5. El factor sorpresa de la primera película ha desaparecido, y a pesar de haberme entretenido, he encontrado algunas partes y escenas con un desarrollo predecibles.

Por cierto, en algunas webs españolas se dice que no hay confirmación para una tercera entrega de momento, pero en otras gringas ya se habla de que está más que asegurado. Si la hubiera, os la contaremos desde aquí…

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