En 2023 me hice
eco de la aparición de una nueva saga de la franquicia “Saint Seiya”, los
míticos Caballeros del Zodiaco, que nos venían con nuevas aventuras, lo cual
como buen boomer que los conoció hace casi cuarenta años, me hizo mucha ilusión
La novedad es que los cómics no eran de
Masami Kurumada, el creador de la saga, aunque si tenía su bendición, aunque
tampoco es decir mucho, porque al propio Kurumada le gustó la película de
personajes reales, igualmente comentada en su día tanto por el blog como por el
Canal de Youtube, y que venía firmados por dos autores franceses, auténticos
fanáticos de Saint Seiya.
“La Odisea del Tiempo” nos trae un nuevo
dios griego al que derrotar. En esta ocasión, el dios Chronos, un relojero que
anda cabreado con Zeus desde hace un par de milenios, y que trama su venganza,
su vuelta al ruedo, y que para ello necesita un par de cositas que conseguirá
siempre y cuando nuestros Caballeros no se metan por medio.
Los dos primeros tomos me los bebí
literalmente. Y el tercero lo tengo desde el pasado diciembre de 2024, pero
hasta ahora no he tenido tiempo de leerlo…
La colección, de tapa dura, está
compuesta por cinco tomos, y hay que agradecerle a la editorial Moztros la publicación
en España de estos tomos, aunque espero que el cuarto y el quinto lleguen antes
de que este boomer que os habla llegue a los sesenta años.
Con este tomo me he dado cuenta de algo
que sospeché desde el segundo tomo, y es que creo que cada uno de ellos va a
estar dedicado, o va a tener como protagonista, a uno de los cinco caballeros
icónicos. Los dos primeros nos traían a Ikki de Fénix y a su hermano Shun de
Andrómeda respectivamente, y para jolgorio y alegría nuestra, por sus páginas
pasaban prácticamente todos los Caballeros vivos que quedan, incluyendo a los
Caballeros de Bronce secundarios, que aquí tienen algún diálogo, más allá de
las poses características que siempre han tenido.
De hecho, en este tercer tomo, tenemos
como escoltas de Saori a Ichi de Hydra y Nachi de Lobo, que no hacen nada, por
variar, pero al menos lucen armadura y hablan un poco, más que nada, para que
el lector no sospeche que nos maniquíes.
En este tomo, como podéis ver en la
portada, tenemos a Hyoga de Cisne, o Hyoga de Acuario, que ha heredado la
armadura de su Maestro, y según se den las circunstancias, trae una u otra.
El protagonismo es prácticamente suyo, a
pesar de la presencia de Milo de Escorpio, los Bronces secundarios y Seiya. El
grupo se traslada al Reino helado de Bluegrad, ubicado en el extremo norte de
Siberia Oriental, a mano derecha y todo recto.
Prometeo, liberado por Chronos gracias a las cadenas de Andrómeda, le chiva al dios de los relojeros que el fuego del Olimpo, que Chronos necesita para hacer el Reloj del Apocalipsis, que es un pedazo de reloj de pulsera que tiene hasta un juego de fútbol, está escondido en este Reino Helado siberiano, que son aliados de Atenea y sus Caballeros, y de hecho, deben ser los únicos amigos que tienen los del Santuario en el mundo, porque la mitad de la mitología, de todos los colores, los quieren quitar de en medio. El fuego lo escondió Camus de Acuario en una cueva turística llamada Kitej.
Y como resulta que allí es donde quieren
dejar la urna con el alma prisionera de Poseidón, para que se le bajen los
humos, aprovechan para hacer turismo a menos 80 grados centígrados.
Y nada más llegar, se encuentran a los
esbirros de Chronos, enviados para hacerse con el fuego sagrado del Olimpo, que
se ha vuelto inestable y necesita que lo pongan a congelar un poco más. Los
esbirros traen unas armaduras muy barrocas, muy chulas y vanguardistas, pero
son los típicos bocazas que van cayendo tras tres viñetas, gracias en parte, a
la aparición del Fénix, como suele ser habitual, junto a Kanon de Géminis.
En las subtramas, tenemos un dramón
relacionado con la madre de Hyoga, el hundimiento del barco en el que viajaba
su madre, la breve aparición de un caballero de Bluegard y su historia, y el
consecuente cabreo de Chronos que ve como sus planes son completamente
desmantelados una vez más. Para finalizar el tomo, tenemos una bella reflexión
de Hyoga hacia la memoria de su madre, y unas fichas en las que se presentan y
analizan armaduras, que también tenemos en los tomos anteriores.
En definitiva: Tanto Jérome Alquié al
dibujo, como Arnaud Dollen a la narrativa, nos presentan un cómic muy
entretenido, lleno de acción, que, si bien puede ser que se aleje un poco del
espíritu de Kurumada, viene a tapar huecos de las tramas del canon oficial,
algo que también se ha hecho en los dos primeros tomos.
Si eres un fan de los Caballeros del
Zodiaco, definitivamente te va a gustar. Mezcla acción, nuevos y viejos
personajes, un malo interesante y una pizca de drama novelera. Lo tiene todo.
¿Su precio? 18 euros.
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