Bajo la batuta del director, y productor, hispano-estadounidense Jaume Collet-Serra, se presenta “Equipaje de mano”, película estadounidense de acción de finales de 2024, que viene de la mano de la plataforma Netflix, y que si bien no aporta nada nuevo al género de películas con malvados terroristas, aeropuertos y maletas bomba, ya que es predecible, tópica/típica, y sabes cómo va a acabar, (no nos engañemos, a pesar de su bien medida intriga), si es verdad que es una película disfrutable, palomitera y con un trasfondo navideño, que viene ideal para las últimas tardes de diciembre, para desconectar de todo y atreverse con un thriller, de guión sencillo, y que te puede recordar a la segunda parte de la “La Jungla de Cristal” (1990) o “Non-Stop: Sin escalas” (2014), donde un tipo cualquiera, un estadounidense medio, honrado, y con problemas o cambios en su vida a la vuelta de la esquina, (en este caso, va a ser padre junto a su pareja que trabaja en el mismo aeropuerto que él), acaba convirtiéndose en un verdadero héroe que salva a cientos, que digo cientos… Miles de vidas, con su coraje, arrojo y buen tino a la hora de tomar decisiones. Solo contra el peligro, y ganando a pesar de todo, que pondríamos en el subtítulo.
“Equipaje de mano” tiene un metraje de una hora y cuarenta y ocho minutos, que podría resumirse perfectamente en una hora y cuarto, o una hora y veinte, y tendríamos un buen producto, ahorrándonos parte de la relación protagonista-terrorista, que es un Jason Bateman que no me acaba de convencer en este tipo de papeles de corre que te pillo, digo… Que explotamos.
“Equipaje de mano” tarda en arrancar, sobre todo los primeros cincuenta minutos, enseñándonos un tablero de juego donde el protagonista, Ethan Kopek, tras la presentación musical navideña que nos indica en qué época estamos, donde estamos, que es en Los Ángeles y quienes van a ser nuestros protagonistas. Empezando por la parejita protagonista, para pasar a conocer a toda la plantilla, compañeros de seguridad del aeropuerto de Los Ángeles, y el buen rollo que se estila allí, donde a pesar de ser un trabajo que no quiere Ethan, nuestro protagonista, allí se apoyan todos, se ayudan y hay un buen rollete que ya quisieran muchos.
Rechazado por la Academia de Policía, que es una espinita que tiene clavada, Ethan trabaja en el rango más bajo que hay de agente de seguridad en el aeropuerto. Acaba de enterarse de que su pareja, Nora, que también trabaja en el mismo aeropuerto, está embarazada y que van a ser papás de su primer nene. Es curioso, porque Nora, cuando empiece todo, va a tardar después en aparecer, y no llegamos a conocer tan milimétricamente su mundo dentro de aquella vorágine de terminales.
El precio de los futuros pañales hace que Ethan se tire al río y pida un ascenso el día de Nochebuena, un día complicado. Su jefe se apiada de él y le ofrece un puesto inspeccionando equipajes en el escáner de seguridad, que de hacerlo bien, le puede abrir la puerta al soñado ascenso.
Casi recién empezado el turno, una chica le da un auricular perdido, que él se coloca en el oído tras recibir un mensaje en el móvil. Se trata de un terrorista que quiere que deje pasar una maleta por su escáner de seguridad, sin hacer preguntas, o si no la vida de su chica, Nora, correrá peligro, ya que hay un francotirador suelto que podría acabar rápidamente con su vida. Ethan deberá cumplir a rajatabla las instrucciones del terrorista, o las consecuencias para el propio Ethan y su entorno inmediato podrían ser desastrosas... En definitiva: Película entretenida, para pasar una tarde amena, pero sin tirar cohetes... ¿Nota? Un 5,5. Si la ves, coméntame qué te pareció.
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